Al margen de la retirada de Honda en el mes de diciembre y la incertidumbre de si Brawn GP participaría en el mundial de este año, algo que sólo se confirmó veinte días antes del Gran Premio de Australia, lo cierto es que su propietario y director Ross Brawn ha tenido un año para hacer el nuevo coche, cuidado hasta el último detalle.

La pasada temporada, después de dos carreras, como las disputadas este año, Ross Brawn se dio cuenta de que no disponía de un coche competitivo y se dedicó a diseñar el de este año, en el que el reglamento daba un cambio radical.

El fruto del trabajo es una coche extraordinariamente cuidado en todos los detalles, sobre todo en la aerodinámica, que en manos del británico Jenson Button, ganador de las dos primeras carreras, y del brasileño Rubens Barrichello, se muestra muy superior al resto.

La supremacía de los Brawn GP es tal que ayer en China el vencedor de la carrera, Button, se detuvo en cuatro ocasiones en las últimas once vueltas y todavía logró el triunfo.

Al margen de lo que decida la Corte de Apelación de la Federación Internacional del Automóvil el próximo 14 de abril sobre la legalidad o no de sus difusores, su ventaja es tal en la pista, y ya en el campeonato, que va a ser difícil que se les escape el título.

Toyota está protagonizando el mejor inicio de temporada desde su debut en 2002, con unos presupuestos recortados al límite por la crisis económica. Pascal Vasselon, director técnico del equipo, ha acertado con un coche muy rápido y fiable, que en manos del italiano Jarno Trulli y del alemán Timo Glock pueden conseguir este año el esperado triunfo de la casa en un Gran Premio.

Hasta ahora Toyota ha sido la única escudería junto con Brawn GP de subir al podio en las dos carreras disputadas y meter el otro coche en los puntos y si ayer el diluvio que descargó sobre el circuito de Sepang, escenario del Gran Premio de Malasia, se hubiese retrasado un vuelta mas, Glock podría haber ganado fácilmente la carrera.

El alemán fue el único que acertó al montar los neumáticos mixtos de lluvia antes de que comenzara el diluvio, lo que le permitió remontar desde el noveno puesto hasta el segundo, y cuando ya estaba a la espalda de Button y se interrumpió la carrera, a consecuencia del reglamento que toma la clasificación dos vueltas antes de la parada, retrocedió al tercer puesto.

Después de estas dos primeras carreras, Brawn GP cuenta con 20 puntos en la clasificación del mundial de constructores y Toyota 16,5, mientras que detrás muy descolgados están con tan solo cuatro Renault y BMW.

Renault ha sido una de las decepciones de este inicio de temporada. En los entrenamientos invernales parecía que Fernando Alonso iba a contar con un buen coche para luchar por su tercer mundial, pero los hechos han demostrado otra cosa.

La escudería francesa tiene que mejorar rápidamente, y lo hará como demostraron el pasado año, si no quieren perder el tren del mundial y tras la decisión de la Corte de Apelación podría introducir un nuevo difusor y otras mejoras aerodinámicas y quizás olvidarse del KERS, que hasta ahora sólo le ha servido a Fernando Alonso en la salida de ayer en Malasia.

Pero si mal están Renault y BMW con sus cuatro puntos, peor lo están la escudería McLaren-Mercedes del campeón del mundo Lewis Hamilton y sobre todo Ferrari.

En McLaren-Mercedes cuentan con un coche muy lejos del de los dos últimos años y tan solo tienen un punto conseguido ayer por Hamilton, mientras que su compañero de equipo el finlandés Heikki Kovalainen tiene el récord de no haber completado una sola vuelta en los dos Grandes Premios disputados, si bien en ambos casos por accidente, propiciados por tener que salir en la parte baja del pelotón.

En cuatro a Ferrari, última en la clasificación del mundial, la falta de fiabilidad y los errores tácticos se acumulan uno tras otro. Nadie duda de que, como McLaren, reaccionarán, pero quizá cuando lo hagan el mundial seguirá siendo cosa de dos, Brawn GP y Toyota.