Pilotes Posada 29

Javi Díaz, Crevatin (2), Martinovic (4), Cerillo, Macías, Tavares (3), Prce (6) - siete inicial- Ballesteros, Gustavo (2), Montavez (1), Infestas (3), Mitrovic (2), Sudzum (5, 2p) y Bozse (1).

Ciudad Real

37

Hombrados, Laen (3), Roberto García (2), Metlicic (3), Rutenka (8, 3p), Zorman (1), Viran Morros (2) -siete inicial-, Sterbik, Kallman (2), Jerome (1), Pajovic (1), Stefansson (6, 2p), Abalo (6) y Alberto Entrerrios (2).

Marcador cada cinco minutos: 2-3, 4-6, 6-8, 9-13, 11-15, 12-18 (descanso), 15-20, 18-24, 20-28, 23-32, 26-35 y 29-37 (final). Árbitros: Pedro Vicente Fuertes y Antonio Martín (Valencia y Castilla-León). Excluyeron por el Pilotes a Martinovic, Macías, Mitrovic y Bozse. Por el Ciudad Real a Pajovic (2) y Roberto García. Incidencias: Partido adelantado de la vigésima segunda jornada de la Liga Asobal jugado en la tarde de ayer en As Travesas. Unos mil ochocientos espectadores se citaron en las gradas del Central.

El Ciudad Real sigue su particular camino para proclamarse campeón de la Liga Asobal. La victoria de ayer en As Travesas fue algo esperado, ya que las dos plantillas están a años luz y los manchegos, aunque la batalla les cogía en medio de la eliminatoria de la Liga de Campeones, no podían permitirse ninguna relajación ante la presión a la que les está sometiendo el Barcelona de Pasqui. El Ciudad Real, voraz, lo quiere todo y posee los argumentos necesarios para lograrlo.

Una de las premisas que tenía el Pilotes Posada Octavio antes de comenzar el partido era que el Ciudad Real no estuviese cómodo sobre la pista, buscando ajustar al máximo los movimientos del marcador. Dejar que los manchegos sacasen a relucir todo su potencial a las primeras de cambio podrías tener graves consecuencias en forma de goleada.

Bajo esa lectura del juego, los de Quique Domínguez fueron arañando al electrónico todas las opciones que le ofrecía el vigente campeón de liga que basaba todo su dominio en la calidad de su colectivo y en los aciertos desde la línea de los siete metros (6-8, m.15). Octavio seguía dando la cara a pesar de los desaciertos de la pareja arbitral, que manejaba diferentes varas de medir a la hora de sancionar. Un desajuste complementario para el encuentro que no era en absoluto necesario para que ganase el Ciudad Real, que había iniciado el choque con un siete inicial desacostumbrado, aunque igualmente rutilante.

Talant Dujshebaev no estaba contento con el trabajo de los suyos y de una sola “hornada” modificó su equipo inicial -sólo se quedó en pista Josefa Hombrados- para dejar toda la responsabilidad en manos de los “pesos pesados” del equipo. La mejoría de los manchegos no tardó en aparecer con un parcial de 5-8 que marcaba la máxima diferencia del partido (11-16, m.26). El tiempo que pidió Quique Domínguez no alteró el dominio del Ciudad Real, que se fue al vestuario con parte de su triunfo en el bolsillo.

No se “arrugaron” los jugadores rojillos por la ventaja visitante y en los primeros minutos de la reanudación buscaron con ahínco la portería visitante. Esa ambición recogía un parcial de 3-0 para el Octavio (16-20). El conjunto académico desaprovechó incluso hasta dos posesiones de balón consecutivas para apretar todavía más el marcador. Fue un aviso de los vigueses al que respondía el Ciudad Real con lo que mejor sabe hacer: machacar la portería rival (18-26, m.41).

A partir de ese momento, el partido no tuvo ningún tipo de tensión y ambos entrenadores aprovecharon para repartir minutos, sobre todo los visitantes, que este domingo tienen un complicado partido de la Liga de Campeones en Hungría frente al Veszprem, ya que en el Quijote Arena han acumulado una renta de cinco goles que no es ni mucho menos definitiva ante el potencial de los magiares.

El derbi, próxima cita

El Pilotes Posada no volverá a la competición hasta el sábado día once donde visita la pista de la Sociedad Deportiva Teucro. El derbi por excelencia del balonmano gallego se jugará a partir de las 20.30 horas en el pabellón de Pontevedra y será ofrecido con el canal digital de la Televisión de Galicia. Será un partido de contenido dramático para los anfitriones, que atraviesan una grave crisis tanto económica como institucional y están inmersos en la pelea por la permanencia.