Severiano Ballesteros fue operado hace seis meses de un tumor cerebral. Fue intervenido quirúrgicamente en cuatro ocasiones en apenas 15 días. Ahora se recupera en su casa de Pedreña (Santander), donde ofreció a la periodista Olga Viza, del Diario Marca, su primera entrevista después de las operaciones.

El ganador de cinco grandes torneos de golf (dos Masters de Augusta y 3 British Open), de 51 años, rememora el momento en que percibió que algo marchaba mal. Fue el 5 de octubre del pasado año en Barajas. Iba a la feria de golf de Alemania y había quedado en Madrid a comer con su hijo Miguel y su sobrino Iván. Se cayó en las escaleras mecánicas. Al llegar a la puerta del restaurante volvió a marearse. Conducido a La Paz, entró en urgencias, donde le detectaron el tumor. De las cuatro operaciones, la más importante fue la tercera, el 24 de octubre, el mismo día en que murió su madre. Rompe a llorar por primera vez en la entrevista. La segunda, cuando supo el enorme apoyo popular que estaba recibiendo.

‘Seve’ reconoce que lo peor fueron los post operatorios, que “fueron durísimos. Son muchas incomodidades, no es que tuviera dolores, el dolor es... interior”, dice. Ballesteros señala que se ha recuperado mucho, aunque es un proceso largo: “Estoy luchando para ganar mi sexto grande”.

Utilizando otro símil del golf, el deportista declara que ya no se llama Seve Ballesteros, se llama Seve Mulligan, que en esa disciplina es “una segunda oportunidad”. “Yo he tenido un ‘Mulligan’ en la vida. La prueba es que estoy vivo, que puedo hacer cosas, que hablo, que razono perfectamente. Si lo miro objetivamente... he tenido mucha suerte”.

Ha tenido algún que otro momento bajo. “Es cuando te despiertas por la mañana, no tienes ganas de salir de la cama y dices: “Dónde voy?”. El problema viene cuando eres plenamente consciente de lo que pasa, ahí es cuando sientes mayor dolor interior”, subraya.

Mientras convalece, las muestras de solidaridad siguen llegando a sus oficinas. Cerca de 300.000 cartas y correos electrónicos se acumulan. “Algún día echaré un vistazo a esos mensajes, a los que pueda, porque ahora mismo vivo en un mundo... Es como si viviera un mal sueño. No consigo vivir la realidad, lo veo todo distinto, difuso; es difícil de explicar, pero sé que todo es cuestión de tiempo”.

Ha vuelto a dar algún golpe con los palos. Recibe mensajes de apoyo de sus colegas y llamadas de otros deportistas, como Rafael Nadal; sabe que el Rey se ha interesado por su salud y que el Príncipe Felipe le dedicó un recuerdo en su discurso de los Premios Príncipe de Asturias, “un detalle maravilloso”.