Por si el Celta no tuviese bastantes problemas con el proceso concursal y la crisis deportiva, ayer le llegó al club que preside Carlos Mouriño un nuevo disgusto que digerir. La Comisión Estatal Contra la Violencia el Racismo y Xenofobia en el deporte acordó sancionar al club vigués con una multa de 3.250 euros por permitir el acceso incontrolado de miembros de la peña radicar “celtarras” a la grada de Río Bajo el pasado sábado.

La resolución de Antiviolencia señala literalmente que multa al Celta “por deficiencias en el control de acceso y permanencia de espectadores al no impedir que, en el minuto 30 de la segunda parte, un grupo numeroso de aficionados entrara por la puerta 16, que estaba abierta y sin vigilancia, y se colocara detrás del banquillo local profiriendo gritos de reprobación contra los jugadores y el cuerpo técnico, en el encuentro entre el Celta y el Eibar, jugado el 21 de febrero.”

Entre treinta y cuarenta miembros de los “celtarras” se instalaron detrás del banquillo que ocupa el Celta cuando restaba un cuarto de hora para la finalización del partido ante el Eibar. Los ultras no tuvieron problemas para cambiar de grada. Aprovecharon que las puertas estaban abiertas y se colaron en la grada de Río Bajo por la puerta 16, que estaba sin vigilancia. Los radicales reclamaron la dimisión del entrenador y profirieron insultos contra Pepe Murcia y los jugadores del Celta.

Antiviolencia toma esta resolución después de recibir un informe policial en el que se detallan las deficiencias detectadas en la seguridad.

El Celta ha pasado de puntillas sobre el incidente. El pasado domingo, tras el partido, el club se limitó a señalar que pensaron que los ultras habían abandonado el estadio para “irse de Carnaval” y que desconocía “si salieron de Fondo [la grada donde se ubican habitualmente] con esa intención [la de colarse en la de Río Bajo] o si lo decidieron sobre la marcha aprovechando que las puertas estaban abiertas”. En todo caso, nadie les impidió el paso ni dio la voz de alarma. Asimismo, el club vigués declinó ayer comentar la sanción que le acaba de imponer Antiviolencia alegando que todavía no le había sido notificada oficialmente. No obstante, podría recurrirla.