A Pau Gasol ya le ha tocado vivir todo tipo de experiencias en el día de Navidad desde que llegó a la NBA, pero ninguna como la que protagonizó la pasada jornada, al convertirse en el gran héroe del Lakers-Celtics.

Los Celtics llegaron al Staples Center con la intención de seguir haciendo historia si conseguían la vigésima victoria consecutiva, algo que no se dio por las acciones brillantes de Gasol en los últimos minutos (92-83).

Gasol, que no había jugado su mejor partido ante la gran defensa de los Celtics y especialmente su bestia negra, el alero Kevin Garnett, se olvidó de los altibajos que había tenido y mostró lo mejor de su clase en los últimos cinco minutos, en los que anotó 9 puntos de los últimos 15 que lograron los Lakers.

Kobe Bryant fue esencial para que el español despertase. Se fue hacia él muy airado en medio del partido. "Eres uno de los mejores del mundo. Sal ahí y sé Pau", le dijo, para encorajinar al español, en medio de lo que parecía una discusión entre ambos. Así lo reveló el propio Kobe. "Tenía que recordárselo", bromeaba Kobe en el vestuario, y parece que surtió efecto.

El ala-pívot de Sant Boi no sólo se reivindicaba en la revancha de las pasadas Finales de la NBA sino que además lo hizo en un partido que volvió a recordar la mejor historia de los duelos entre las dos franquicias. La rivalidad más grande de todos los tiempos iba a tener por primera vez a un jugador español de protagonista, eso sí con una gran ayuda de Bryant, que se ha comprometido a conseguir que Gasol deje atrás su imagen de jugador al que en los momentos decisivos le falta agresividad.

El entrenador de los Lakers, Phil Jackson, declaró: "Estoy realmente muy contento con Pau. Surgió como una figura en el cuarto periodo y realmente lo necesitábamos".

Gasol se contagió del ambiente de gala al más puro estilo de Hollywood y quiso ser el héroe del último momento. Jugó 36 minutos, aportó 20 puntos, incluidos siete en los últimos tres minutos, repartió cinco asistencias, capturó tres rebotes, puso tres tapones y recuperó un balón. Sobre todo fue lo que Kobe piensa de él: uno de los mejores del mundo.