El director general de Caixanova, José Luis Pego, certificó ayer la buena marcha de las negociaciones con el Celta para la firma de un convenio sobre las deudas que la entidad futbolística mantiene con la financiera. El acuerdo está prácticamente cerrado a expensas de algunos detalles, aunque Pego quiso mostrarse mucho más cauto. Anticipó, no obstante, que el documento que se firmará seguramente en enero respetará los intereses de ambas partes.

José Luis Pego habló de la cuestión durante un encuentro con la prensa en la que repasó la actualidad económica. El director general no quiso entrar en demasiados detalles cuando el Celta salió a relucir. Ambas partes siempre se han comportado con discreción durante los tramos más complejos de la negociación y mantienen esa política en la recta final. Dentro de esa línea, desde el club celeste han dejado entrever normalmente un mayor optimismo, mientras que en las filas de Caixanova el hermetismo ha sido absoluto. Y será así hasta el final, aunque el hecho de que José Luis Pego anticipe algunas claves, bien que de forma genérica, prueba que el acuerdo está prácticamente cerrado. Los representantes de las dos instituciones están ultimando los detalles. El presidente del Celta, Carlos Mouriño, viaja el lunes a México, lo que contribuirá probablemente a que el acto protocolario de la firma se posponga hasta enero.

Pego prefiere ser puntilloso a la hora de comentar que "con el Celta de Vigo estamos negociando. El proceso no está terminado". Pero sí es positivo. "Pensamos que puede haber una vía satisfactoria para todas las partes". Su principal preocupación es que las prioridades de Caixanova queden claras: "Satisfactoria para todas las partes significa que sea satisfactoria para el Celta, por que le tiene que permitir llevar adelante el proceso concursal, y satisfactoria para Caixanova porque nuestros derechos e intereses deben quedar absolutamente protegidos. Pensamos que puede haber una solución pero hasta que los temas acaban no se puede aventurar nada".

El convenio con Caixanova, que es el acreedor mayoritario de los celestes a nivel ordinario, asegura la aprobación del convenio general con los demás acreedores cuando se convoque la junta. Eso permitirá sacar adelante el plan de viabilidad que ha diseñado el consejo de administración celeste y que contempla, en un segundo paso, una ampliación de capital. El objetivo es que el Celta reduzca su deuda hasta una horquilla de entre 30 y 25 millones de euros, garantizando su futuro tanto si asciende a Primera como si no lo consigue en el plazo de diez años.