El Celta espera cerrar su annus horribilis con una victoria. Un triunfo en Murcia esta tarde (18:30 horas) abrirá nuevos horizontes al conjunto vigués en su pelea por regresar a Primera División, sirviendo además de bálsamo para uno de los peores años de su historia, en lo deportivo y en lo económico. El urgente recambio en la dirección técnica del equipo grana reduce en principio las expectativas célticas de iniciar las vacaciones navideñas con 25 puntos y en los puestos altos de la tabla.

El equipo que entrena Pepe Murcia fundamenta sus ilusiones de cerrar felizmente el año en mantener la excelente imagen que ofreció ante Zaragoza y en que el rival de hoy es un recién descendido que se arrastra por los últimos lugares de la tabla: es antepenúltimo, con 13 puntos, a cinco de la salvación.

Ante los murcianistas, es probable que el técnico cordobés apueste por segunda semana consecutiva por un sistema con dos delanteros, con Dinei y David Rodríguez, o recurra al dibujo más habitual, en el que Trashorras se mueve como media punta por detrás del artillero brasileño, que ya suma siete tantos en la Liga.

El dúo de mediocentros, Rosada y Michu, se ha ganado la continuidad, así como la defensa, que alcanzó el cuarto partido consecutivo sin encajar un gol en Balaídos. No obstante, en los laterales podría producirse cambios, ya que regresa Edu Moya tras su expulsión en Las Palmas. Oubiña se mantiene en la lista y ayer no descartaba tener más protagonismo en el partido después de los cinco minutos que jugó en el estadio de Gran Canaria.

En aquella ocasión, el Celta salió mal parado ante un equipo que también había vivido una semana convulsa y el recambio del entrenador. Del estado de ansiedad que rodeaba al conjunto insular no supo aprovecharse el grupo de Pepe Murcia, quien esta vez ha utilizado ese ejemplo para advertir a sus futbolistas de que jugando con indolencia no hay victorias.

Si supera esta prueba, el_Celta iniciará una placentera semana de descanso -se interrumpe la Liga hasta el primer fin de semana de enero- con la alegría del deber cumplido y de cerrar con un éxito un año que en verano le llevó a firmar una de sus temporadas más negativas y a acogerse a la Ley Concursal para evitar la quiebra económica.