Balaídos acoge hoy un partido entre dos rivales con una larga trayectoria en Primera División, a los que ahora les toca purgar en Segunda sus culpas por una nefasta temporada. Celta y Zaragoza vuelven a coincidir dos años después de su último enfrentamiento en Vigo (1-1) y de protagonizar dos finales de la Copa del Rey (1994 y 2001).

Todos son recuerdos. El presente resulta más áspero, sobre todo para los célticos, que han vuelto a las malas costumbres después de encadenar once jornadas sin perder. La derrota en Las Palmas les ha dejado en medio de la nada (decimocuartos, a tres puntos del descenso) y con peligro de quedar a la deriva si no lo remedian en los dos próximos compromisos.

El de esta tarde parece un objetivo complicado. El Zaragoza mantiene parte de la plantilla que puso en manos de Víctor Fernández para llevarlo a la Liga de Campeones pero que acabó precipitándose al vacío. Ayala, Zapater, Arizmendi, Oliveira o Ewerthon son una muestra del potencial de un adversario que ocupa la tercera posición y que tiene el ascenso como único objetivo de la temporada.

Para el Celta supone el segundo intento de arrancar con la fuerza suficiente que le deposite cerca del tercer puesto, del que ahora le separan siete puntos.

El cuadro vigués necesita jugar con mayor empuje y descaro. Ha comprobado que los empates no conducen a ninguna parte si no se alternan con victorias. La media inglesa a la que aluden los técnicos con tanta ilusión pero que tanto sacrificio cuesta mantener. Con siete empates y cuatro victorias, el tropiezo ante la UD Las Palmas convirtió al Celta, de nuevo, en un candidato a moverse por la zona de descenso.

Por eso en el vestuario vigués no se piensa en otra cosa que en sumar los tres puntos. Mientras tanto, Murcia se verá obligado a retocar el equipo titular ante la ausencia por sanción de Edu Moya. Su ausencia obligará a Fajardo a cambiar de carril y dejar el izquierdo para Roberto Lago.

Es probable también que Jonathan Vila recupere el puesto en el doble pivote, que tuvo que abandonar en el último compromiso de Copa por una lesión en la rodilla. Michu, su sustituto, volvería entonces al banquillo, donde se sentará de nuevo Oubiña, que reapareció en Canarias.