CELTA B 1 - 0 C. SANTIAGO

CELTA B

Yoel, Guardado, Alba, Túñez, Jordi; Aicart, Candela; J. Álvarez, Ferrán (Suanes, min. 69), Iago Aspas (Aitor, min. 84); y Oriol (Joselu, min. 77).

C. SANTIAGO

Makay; Jesús Sánchez, Jesús Torres, Capi, Dopico; Gonzalo (Changui, min. 59), Julen, Rico, David Pérez; Rafa (Franqueira, min. 62) y Marcos Suárez (Maikel, min. 46).

Gol: 1-0, Minuto 44: Iago Aspas. Árbitro: Pablo Nanclares, del colegio asturiano. Expulsó al local Túñez (min. 86) por doble amonestación. Mostró tarjetas amarillas al local Aicart y al visitante Jesús Torres. Incidencias: 600 personas en Barreiro. Terreno de juego en buenas condiciones. Roberto Lago y Noguerol, del primer equipo céltico, estuvieron en la grada. Presencia de algunos seguidores del equipo santiagués.

alejandro lópez  Vigo

El Celta B rompió con la racha negativa que le perseguía en Barreiro al ganar al Ciudad de Santiago y así también aliviar su situación en la clasificación. Después de un mes sin conseguir la victoria, el grupo de Alejandro Menéndez volvió a sumar los tres puntos ante un rival que asustó, sobre todo en el tramo final del choque. Los célticos pudieron sentenciar mucho antes al disponer de numerosas ocasiones de gol, pero las volvió a fallar. Iago Aspas le dio el triunfo a su equipo.

Temor a la derrota

Los dos equipos afrontaban el partido con temor a la derrota. Se notó enseguida. Cualquier error les condenaría a vivir una semana de tensión. Los célticos volvieron a apelar a la paciencia ante un rival que primero se dedicó a defender. El Celta B maniobró con criterio el balón. Buscó el hueco, la jugada sencilla y demostró también que sabe usar la estrategia.

El guión inicial lo pudo alterar Alba al cuarto de hora de juego, pero su remate, que parecía fácil, volvió a aumentar la larga lista de claras oportunidades falladas a lo largo de la temporada. Y cuando se cumplía la media hora de partido Oriol estrelló el balón en el palo. El Celta B rondó la portería rival mucho más que su rival. El esférico estuvo muchos minutos en el área santiaguesa, pero sin precisión en el remate final.

El Ciudad de Santiago optó por el contragolpe, ya que su intención de dominar el centro del campo fue estéril. El grupo de Alejandro Menéndez se adueñó de esa parcela del terreno de juego y fue capaz de salir siempre con el balón controlado. La primera transcurrió bajo esos parámetros hasta que Iago Aspas hizo una buena jugada en la frontal del área rival. El balón se perdió a un lateral después de un rechace, lo que provocó el enfado de cierto sector del público. Sin embargo, allí apareció Álvarez para centrar con precisión a la cabeza de Iago Aspas. Uno de los jugadores con menos estatura del partido logró marcar de cabeza. Dedicó el gol a su entrenador, al que abrazó en el banquillo, y acalló las críticas anteriores.

Debut de Joselu

El Ciudad de Santiago trató de arriesgar más después del descanso. Adelantó sus líneas y colocó en el campo a hombres ofensivos, por ejemplo el ya veterano Changui. Pero el Celta B se sentía cómodo. Nunca apostó por la defensa y de nuevo volvió a disponer de ocasiones. Joselu, el delantero que triunfó en el equipo juvenil, jugó sus primeros quince minutos con el filial y pudo marcar. Un defensa evitó el gol.

En los últimos minutos apretó el Ciudad de Santiago. Yoel, que había tenido una tarde muy tranquila, tuvo que emplearse a fondo en un saque de falta de Franqueira. El balón se colocaba por la escuadra en su portería.

El duelo agonizó ante la desesperación de los santiagueses y el alivio de los locales. Por fin rompieron la tendencia negativa que les perseguía en los últimos partidos y además lograron una victoria reparadora. Aunque no se alejan en exceso, los puestos de descenso quedan un poco más lejos.

Los vigueses se sobrepusieron ayer a las ausencias de Dani Gaíl, Mateo, ambos por lesión, y Cristian, por sanción. El encuentro era vital para los discípulos de Alejandro Menéndez, ya que una derrota podría meterles de lleno en los puestos de descenso y la consiguiente presión para próximos enfrentamientos. Un primer paso para enderezar el rumbo y recuperar confianza en los jugadores.