El jugador ha negado esta acusación y sostiene que ni siquiera participó en el incidente, según ha dicho ante el titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Valencia.

Los hechos ocurrieron sobre las cinco de la mañana del pasado 4 de enero, cuando un grupo de jóvenes que pretendía "entrar sin pagar" se puso "violento" con el vigilante de seguridad, según ha contado uno de los dos policías agredidos.

Estaban fuera de servicio y vestían de paisano, pero como el altercado "iba a más" y estaban a punto de "enzarzarse con los porteros" decidieron "intervenir" y se identificaron exhibiendo su placa.

Los jóvenes se abalanzaron entonces sobre ellos y comenzaron a zarandearlos y a darles "patadas y puñetazos", ha relatado el agente.

En pleno enfrentamiento, según ha afirmado el policía, el centrocampista del Valencia le lanzó "un cubata" que le alcanzó en el codo izquierdo provocándole una contusión.

El agente ha admitido que no vio el momento en el que se lo tiró, pero ha aseverado que está "seguro" de que fue él, porque era el único que había allí con un vaso.

Por su parte, Fernandes ha negado haber lanzado el vaso contra el policía y ha asegurado que no hubo agresión por parte de ninguno de sus amigos, sólo una "discusión caliente".

Según ha contado, estaba en la barra del local pidiendo una consumición y vio cómo sus amigos salían a la calle, pero no llevaba ningún vaso porque no se lo llegaron a servir.

El fiscal pide para el jugador una pena de 50 días de multa con una cuota diaria de 200 euros y que, junto al resto de acusados, indemnice al agente con 1.200 euros.

La defensa solicita la libre absolución del centrocampista portugués al considerar que no ha quedado probado que arrojara el vaso ni participara en agresión alguna.