Tras ganar al Salamanca todo se ve mejor. Pero, ¿lo pasó mal los días previos al partido?

Bueno, no es que lo pasase exactamente mal. La afición es soberana y uno tiene que sobreponerse a las críticas, lo que pasa es que cuando la afición las centra en silbar a un jugador redunda negativamente en el equipo. No es tanto un problema para el futbolista que es pitado como para el equipo.

Su juego puede gustar más o menos, pero al menos hay que reconocerle que tiene las espaldas anchas. Encaja las críticas y siempre ha dado la cara en los momentos difíciles.

Bueno, a lo largo de mi carrera, que tampoco es tan larga, siempre he sido un futbolista criticado y lo asumo con naturalidad. He intentado aprender de las críticas para crecer como futbolista.

La posición de defensa central, por el coste que suelen tener ahí los errores, siempre está más expuesta a las críticas...

Sí, somos la última línea de defensa, el último bastión del equipo, y si nosotros fallamos siempre es más fácil que te marquen goles. Pero yo soy de los que cree que no defienden sólo los zagueros, sino todo el equipo. La defensa empieza por la presión que los delanteros ejercen sobre los rivales.

Las victorias son balsámicas y la del Salamanca era absolutamente necesaria.

Sí, porque llevábamos una serie de partidos jugando bien al fútbol, en línea claramente ascendente y los resultados no acababan de acompañarnos por una serie de errores puntuales, de lagunas que teníamos durante los partidos. Y esta competición es muy exigente, no te puedes dormir ni un momento.

La competición no da tregua y para meterse en la pelea habrá que al menos puntuar en Córdoba y ganar al Rayo en la siguiente jornada en Balaídos.

Nuestro horizonte está en el partido de Córdoba. De momento no nos planteamos nada más allá. Pero sí, habrá que intentar ganar ese partido o, al menos no perderlo.

En el fútbol mandan las resultados, pero es también una cuestión de sensaciones. Y, pese a que se han cometido algunos errores, las de los últimos partidos son bastante buenas.

Sí, yo creo que el equipo está en línea ascendente. Nuestro mayor problema en las primeras jornadas es que en la plantilla había mucha gente nueva que había que conjuntar. Poco a poco lo hemos ido consiguiendo. El equipo ha ido jugando mejor. A pesar de que las alineaciones han ido cambiando el rendimiento individual y colectivo ha ido creciendo. Es verdad que al equipo le ha faltado equilibrio en momentos puntuales y que estas lagunas nos han costado puntos. Pero también creo que ante el Salamanca hicimos un buen partido durante los noventa minutos, creo que estamos en el buen camino.

La gran asignatura pendiente de este equipo es lo que en términos surferos se llama coger una buena ola, es decir, encadenar tres o cuatro victorias.

-Pues sí. Este es un problema que tuvimos la pasada temporada y supuso un gran lastre. Para estar arriba es algo fundamental porque te proporciona una confianza tremenda. Este es un reto para este año, pero debemos debemos crecer partido a partido.

A diferencia de la pasada campaña, en la que los tres equipos que al final ascendieron se destacaron muy pronto, este año parece que la competición está más igualada, que cuesta más hacer puntos. ¿Favorece esta circunstancia al Celta?

Es verdad que competición parece más igualada. La clasificación está más comprimida y esto es una ventaja que tenemos que tratar de aprovechar.

El Celta ha ganado a Tenerife y Salamanca. ¿Se le dan mejor los equipos de la zona alta que los de la baja?

No lo creo. Esto me parece más bien algo casual. Lo que tenemos muy claro es que en una competición tan igualada como ésta nunca te puedes dormir, el nombre del rival que te toque es lo de menos.