Tras un día de reposo, la segunda etapa alpina del Tour de Francia cuenta con el ascenso a dos puertos de categoría especial, la Lombarde y la Bonette, cuya cima se encuentra a 25 kilómetros de la meta.

Los escaladores tendrán una nueva oportunidad durante esta décimo sexta etapa, 157 kilómetros entre la italiana Cuneo y la francesa Jausiers.

Sin embargo, el difícil descenso de la Bonette marcará el nombre del ganador de la etapa, porque desde que se corona el puerto y hasta el final la carretera no para de bajar.

Una etapa para especialistas en los descensos a condición de que aguanten el ritmo de los mejores en la subida al último puerto de la jornada, la Bonette, techo del Tour 2008, una larguísima ascensión de 26,7 kilómetros con una pendiente media del 6,2 por ciento.

Antes los ciclistas habrán ascendido la Lombarde, inédito en el Tour, una subida de 21,2 kilómetros al siete por ciento de desnivel, una plataforma ideal para lanzar escapadas de larga envergadura.