Carlos de Torres / Nimes

El esprint es monopolio de un británico de 22 años llamado Mark Cavendish, del equipo Columbia, quien se llevó el cuarto triunfo en la décimo tercera etapa disputada entre Narbona y Nimes, de 182 kilómetros, en la que el australiano Cadel Evans (Silence) se mantuvo al frente de la general. No hay manera de batir a Cavendish al esprint. Otra vez se mostró implacable a alta velocidad. Sus arranques a 200 metros de meta son fulminantes, por lo que reduce el aliciente de la etapa a ver quien es segundo, en este caso el veterano australiano Robie McEwen (Silence), que volvió a asomar la cabeza entre los mejores. La tercera plaza para el francés Feillu (Agritubel).

Oscar Freire (Rabobank), triple campeón del mundo, volvió a lucir el maillot verde de la regularidad en la proa del pelotón y llegó quinto, al menos por delante del noruego Thor Hushovd (Credit), que es su gran rival en dicha clasificación. La etapa se disputó a una media de 41 kms/hora y el tiempo del vencedor fue de 4.25.42.

Otra jornada de transición en medio de ambiente inevitablemente enrarecido por los últimos casos de dopaje y sus efectos colaterales. El pelotón comenta lo que ocurre fuera de carrera y los corredores son sensible a posibles consecuencias para su futuro. La posible retirada de Saunier Duval como mecenas del equipo español asusta. "Tengo miedo de que se acabe este deporte con todo lo que me ha costado llegar hasta aquí", resumió el español Carlos Barredo, del Quick Step.

Aventureros

Apenas inaugurada la etapa y mientras la mayoría de los 158 supervivientes del Tour estaban dándose los buenos días o comentando las últimas "jugadas" de la carrera, se lanzaron a la aventura el holandés Niki Terpstra (Milram) y el francés Florent Brard (Cofidis).

Escapada ideal para que los diversos intereses quedaran a resguardo, con dos modestos corredores que vieron como en el kilómetro 20 ya contaban con un adelanto de 9.25. Nada preocupante porque en cuanto el Columbia, Liquigas y Silence decidieron animar el ritmo enseguida empezó a reducirse el retraso.

Aún intentó Terpstra la hazaña en solitario, pero los esprinters no regalan las escasas oportunidades que les queda, así que primero Brard y luego el holandés fueron atrapados por la marabunta, unida y compacta a 10 kms de meta. Y luego se desató la furia de Cavendish.