Carrascosa ha explotado este año en el tatami, ha sido rápida, inteligente y ha desplegado todo su repertorio y quienes la conocen no dudan en señalar que está en su mejor momento y que puede dar sin duda la campanada en Pekín.

Durante este mes ha estado en la concentración internacional de Castelldefels junto a los mejores judocas del mundo, quienes serán sus rivales en la cita olímpica.

En 1992, las judocas valencianas Miriam Blasco y Almudena Muñoz lograron coronar lo más alto del escalafón deportivo al colgarse sendas medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona, cuando Carrascosa tenía 12 años y nada hacía predecir que podría llegar tan alto.

Desde sus comienzos a los seis años, la atleta del Judokan Valencia, Terra i Mar comenzaba a despuntar entre sus compañeras; su carácter alegre y las ganas de aprender inundaban el tatami y evidenciaban sus triunfos futuros.

El camino a Pekín se lo ha ganado con constancia, trabajo duro y fe en sí misma. El pasado 11 de abril, a sus 27 años, se proclamó en Lisboa campeona de Europa de la categoría de 52 kilos, título que le daba la soñada plaza para los Juegos Olímpicos.

Además, durante el 2007 consiguió el oro en la Copa del Mundo de Tallin (Estonia), plata en la Copa del Mundo de Rotterdam (Holanda), triunfo que repitió en el Torneo Internacional de Qingdao (China) y en la prestigiosa Kano Cup de Tokio (Japón).

Este año, además del título continental, logró el oro en la Copa del Mundo de Bucarest, la medalla de bronce en la Copa del Mundo de Hungría y el quinto puesto en la Super Copa del Mundo de París y las de Hamburgo y Bulgaria.

El día a día de esta deportista se compone de dos duras sesiones de entrenamiento con el fin de avanzar en preparación técnica, física y psicológica para llegar en el mejor nivel posible a la cita olímpica en tierras chinas.