El noruego Kurt Asle Arvesen, del CSC, se anotó en un reducido esprint de tres corredores la undécima etapa del Tour de Francia disputada entre Lannemezan y Foix, de 167,5 kilómetros, marcada por un nuevo escándalo de dopaje protagonizado por el español Moisés Dueñas (Barloworld) y por la desidia del pelotón, que llegó a meta a más de 14 minutos del ganador.

El campeón de noruega, de 33 años y uno de los mejores ayudantes de Carlos Sastre en el llano, ganó el pulso al suizo Martin Elmiger (Ag2r) y al italiano Alessandro Ballan (Lampre), que dieron tiempo al grupo de 12 escapados que animaron la somnolienta etapa de transición. El nórdico marcó un registro de 3h.58.13, a una media de 42,1 kms/hora. Su primera victoria en el Tour en 10 años de profesional.

El pelotón, sin prisa, a ritmo de cicloturismo, se presentó bajó un sol de justicia a 14.51, con el noruego Thor Hushovd a la cabeza y Freire en las primeras plazas del esprint secundario con su flamante maillot verde.

La general no se inmutó, no se espera que lo haga hasta los Alpes, salvo sorpresa, ya que el Tour entra en zona plana, de esprinters. Cadel Evans mantuvo el maillot amarillo sin agobio alguno. Si acaso, el de soportar el calor. Le sigue el luxemburgués Frank Schleck (CSC) a un segundo y tercero es el estadounidense Christian Vandevelde (Garmin). Menchov es quinto a 57 segundos y Sastre el primer español a 1.28.

El Tour abandonó los Pirineos inmerso en los comentarios del positivo del español Moisés Dueñas por EPO, lo que aligeró el pelotón con el segundo español envuelto en escándalo. De nuevo la vergüenza de los registros policiales, los interrogatorios y los comunicados para condenar "a los tramposos", como gusta llamar la organización a los infractores del dopaje.

Otro día negro para el ciclismo, sobre todo para el equipo Barloworld, que perdió tres corredores de una tacada. En carrera se retiraron el colombiano Félix Cárdenas y el italiano Paolo Longo.

Pero el Tour siguió su ruta, camino de Foix. Tranquilidad en el pelotón después de las etapas pirenaicas y de la jornada de reposo. De ahí que algunos disconformes tomaran la iniciativa para romper el orden. Fueron una docena de corredores, entre ellos un hombre de Sastre, el veterano Arvesen, y otro del Rabobank de Menchov, el belga Moerenhout. También se metió el francés Moinard (Cofidis), un anónimo corredor que pasó a la pequeña historia del Tour al ser el primero en coronar el puerto inédito del Portel, la principal dificultad del trayecto.

Moinard abandonó el grupo de escapados para pasar con 1.50 minutos sobre sus perseguidores. Mientras, en el grupo de la alta jerarquía, Oscar Pereiro salió disparado en busca de enlazar con la cabeza. Ataque lejano, una apuesta arriesgada por lo lejano del objetivo, pero el gallego ya dijo que quería que sonara su nombre, y al menos, lo intentó. El gran grupo le absorbió a 6 kilómetros de meta.

También fue neutralizado Moinard, de manera que los componentes de la fuga inaugural de esta intrascendente etapa se disputaron la victoria. Tras unos cuantos tirones y alternativas, Arvesen, Elmiger y Ballan se proyectaron en la recta de llegada en busca de la gloria.

Miradas, unas cuantas eses y ataque final del noruego Arvesen, el noruego que le privó a Freire del titulo mundial en el 97 cuando eran aficionados. Ganó con autoridad y por experiencia. Mañana se disputa la duodécima etapa entre Lavelanet y Narbona,de 168 kilómetros, con un perfil ondulado que no debería impedir una llegada al esprint.