El boxeador vigués Iván Pozo se alzó con el título intercontinental de la W.B.O. del peso mosca al batir por k.o. en el primer asalto al brasileño Darli Gonçalves, que no opuso resistencia. No hubo apenas combate, aunque sí mucho dramatismo. Tan solo tres minutos de pelea dieron al vigués la victoria, que le sitúa entre los mejores púgiles del mundo, con vistas a los campeonatos de Europa y del mundo, pero el susto de la velada lo dio su rival, que se desplomó y llegó a perder el conocimiento, y tras lo que tuvo que ser evacuado al hospital.

Había un gran ambiente en el pabellón de As Travesas, pese a ausencia de los tan anunciados famosos que se habían decidido a acompañar a Iván Pozo en su reciente lucha por el Mundial ante Omar Narváez en mayo.

El brasileño fue recibido en medio de un ambiente hostil por parte de un público muy entregado a Iván Pozo, que llegaba a esta velada dispuesto a borrar el mal sabor de boca que le había dejado su pelea ante Narváez. El vigués saltó al ring ataviado con la camiseta del madridista Michel Salgado y tan motivado que sus golpes fueron de plomo. Con la rabia de un boxeador que busca la redención, golpeó a su rival con ansia, no le dio opción de respuesta y lo tiró a la lona. Fue una superioridad brutal, incontestable.

Iván Pozo saltó al cuadrilátero del pabellón vigués muy agresivo. El brasileño intentaba defenderse con algún golpe suelto, pero sin continuidad. Era Iván el motivado, el que tenía ganas de agradar. A continuación acorraló a Goncalves contra las cuerdas y le dio el golpe definitivo en el costado. Un golpe que lo noqueó al momento. No hubo reacción y el juez dio por concluido el combate.

Tumbado el brasileño Pozo agradecía el calor de la grada, pletórico, feliz con su nuevo cinturón Intercontinental. De repente, saltaron las alarmas. Gonçalves se desploma, no reacciona. Los preparadores saltan al ring para tratar de reanimarlo. Se levantó el brasileño para el ritual de coronación, mareado, al borde de la pérdida de conciencia.

De repente, vuelve a desvanecerse y se cae de nuevo a la lona y deja a la concurrencia en vilo. Es cuando deciden evacuarlo. En una rápida intervención, el brasileño fue trasladado en ambulancia, donde volvió a sufrir una pequeña crisis, al hospital de Fátima, según fuentes de Protección Civil. Allí consiguieron estabilizarlo.

Sonó el mítico "We are de Champions" mientras el público esperaba noticias. Tras el combate de Jorge Araújo, el speaker saltó de nuevo al ring para tranquilizar a un público expectante. El brasileño estaba fuera de peligro y Pozo ya podía festejar tranquilo.