El tenista mallorquín Rafael Nadal afirmó ayer que llegar a ser el número uno de la ATP se ha convertido "ahora ya" en un "pequeño objetivo" después de derrotar el pasado domingo a Roger Federer y hacerse con la copa del torneo de Wimbledon.

"Yo nunca me pondría en un altar", ha comentado en rueda de prensa el tenista balear, a lo que ha añadido que seguirá "trabajando con la misma humildad y ganas que siempre".

El tenista tiene ahora la vista puesta en los máster series de Toronto (a esta última ciudad viajará en una semana y media) y Cincinnati, donde, de jugar bien, ha indicado que tendrá "buenas opciones" de llegar a número uno de la ATP.

Nadal ha reconocido que ha habido una progresión en su nivel de juego y que cada año es mejor tenista, pero ha opinado que no cree que se le exija más por haber ganado el torneo inglés.

El mallorquín ha asegurado que para conseguir ser el primero a nivel mundial debe seguir jugando "al mismo nivel que ahora", dada la calidad del juego de Roger Federer, al que ha tildado como "el mejor jugador de la historia".

"En cualquier época de la historia estaría de número uno con tranquilidad", ha añadido tras remarcar el alto nivel que existe en el tenis actual.

Ganar el torneo de Wimbledon ha sido, en palabras del de Manacor, "impresionante" y "un sueño", aunque el de Manacor ha indicado que no se considera "una persona especial".

Para Nadal, la lista de los deportistas españoles destacados "es muy larga" y ha afirmado que él no es el mejor de la historia del deporte español y que, a sus 22 años, no está "ni cerca" de terminar su carrera.