Álvaro Faes - enviado especial a Silverstone

En el baile de monoplazas, Fernando Alonso fue el único piloto que siempre guió el suyo por una pista resbaladiza y encharcada. Hasta Hamilton, el imperial ganador ayer en Silverstone, tuvo una corta excursión por la hierba. La sobriedad al volante del asturiano le sirvió de poco. Sesenta vueltas bajo la lluvia para terminar en el mismo lugar que había comenzado. Sexto, a pesar de que amagó un par de veces con asomarse al podio. El día que Hamilton arrasó en casa y apretó el campeonato al máximo (tres pilotos en cabeza con 48 puntos), Fernando Alonso luchó contra los elementos.

Esta vez se dejó de aventuras para alcanzar la gloria y anduvo despacio, pasito a pasito, con cuidado de no dejar la pista antes de tiempo. Mientras los demás patinaban, Alonso caminaba con paso lento pero firme. El equipo manejaba varias opciones de estrategia para desarrollar antes de la primera parada, pero la escogida no resultó la mejor. De hecho, dos vueltas más tarde, variaron la táctica con Piquet.

Había parado de llover y Renault no esperaba más agua. Cargaron gasolina a Alonso y le mantuvieron con los neumáticos intermedios de agua. Su desgaste les haría comportarse como si fuera de seco en una pista tan sólo húmeda. Raikkonen imitó la idea y también se equivocó. Fueron los únicos. El resto, siguió con los intermedios pero montó un juego nuevo, como hizo Renault con Piquet.

Hasta Pat Symonds, director técnico del equipo del piloto asturiano, reconoció el fallo. "Teníamos buen ritmo al principio pero fue un error dejar los neumáticos en el coche de Fernando. Después ya no fuimos competitivos y debemos encontrar la razon".

La sangría de posiciones que perdía Alonso era grande. Glock, Piquet y Heidfeld le adelantaron facilmente y por la radio llamaron de nuevo al asturiano, sólo seis vueltas después de su primera entrada. Gasolina hasta el final y ruedas nuevas. En medio del pelotón, el piloto de Renault se las arregló para continuar vivo.

Otros como Massa ya hacía tiempo que estaban descartados, enfrascado en una lucha contra su incapacidad para mantener el coche en la pista. Mediada la prueba, todavía había algún tapado. Rubens Barrichello, había montado neumáticos de lluvia extrema a la espera de más agua, mientras rodaba en la parte trasera del pelotón. Sería clave para llegar al podio.

La vida de Alonso es dura en el regreso a Renault. A veces necesita esfuerzos titánicos para pequeñas empresas, como la que emprendió al inico de la carrera. Dudó en la salida y su compañero Piquet le superó. El ovetense se tuvo que fajar para recuperar el lugar perdido, mientras era testigo de cómo Hamilton acechaba a Kovalainen en busca de la cabeza. Otra vez un gran desgaste para escaso botín.

Llegó el último tercio de la carrera y Alonso renació. De su temprana y obligada segunda parada sacó ventaja después, cuando los coches empezaron a desfilar hacia los garajes en medio de un intenso aguacero. Se puso cuarto, a la espera de un error de los de cabeza para atacar su primer podio de la temporda.

Pero Barrichello ya había obtenido réditos de sus neumáticos y no pensaba regalar su primer podio desde 2005, el estreno del cajón desde que está en Honda. Hamilton era inalcanzable y Heidfeld andaba con paso firme. Lo peor venía por detrás, con Raikkonen y Kovalainen recuperando terreno. Y Alonso volvió a pasar apuros. Los neumáticos, siempre los neumáticos, tenían la última palabra. Los tiempos del asturiano comenzaron a resentirse porque las gomas estaban casi deshechas. Con el coche tan cargado y con muchas vueltas de uso, las Bridgestone sufren en el R28. De nuevo Alonso tenía que bregarse si quería conservar la cuarta posición. Pero detrás no tenía a un cualquiera. Raikkonen, retrasado por uno de los incontables trompos del día, acosó al ovetense en busca de puntos. Después de un par de vueltas claudicó y vio cómo Kovalainen se abalanzaba sobre él, después de confirmar que era presa fácil. El español se resistió pero se acabó por rendir a la evidencia ante un coche superior, a solo dos vueltas del final. Nakajima se creció y también quiso su trofeo. Alonso enseñó las uñas y el japonés se retrajo. No estaba dispuesto a ceder otra posición, y al final tuvo que conformarse con la sexta.

El campeonato tiene tres pilotos empatados a puntos más de un año después de la última ocasión, en el Gran Premio de Bahrein. Tras dicha carrera, disputada el 15 de abril de 2007, Alonso, Raikkonen y Hamilton compartían el primer puesto con 22 puntos. En esta ocasión, tras el Gran Premio de Gran Bretaña de ayer, los tres que están igualados en cabeza (48 puntos), son Hamilton, Massa y Raikkonen.