El seleccionador español, Luis Aragonés, se despidió ayer con cariño de los aficionados concentrados en el aeropuerto de Innsbruck durante la salida del equipo y reconoció que se siente "lleno" aunque no exterioriza sus sentimientos.

"Estoy lleno pero no expongo lo que llevo dentro porque soy de esa forma de ser", señaló Luis poco antes de subir al avión que traslada al equipo desde Innsbruck a Madrid y tras saludar a los seguidores congregados en el aeropuerto, algunos de los cuales le pidieron "Luis quédate".

El técnico tuvo palabras de agradecimiento para las personas del lugar donde España ha permanecido concentrada durante la Eurocopa y reconoció que "será difícil mejorar" la actuación de la selección.