Federer volvió a exhibir un saque demoledor que le reportó 21 saques directos frente a los ocho del tenista de Adelaida, quien no pudo aprovechar ninguna de las ocho ocasiones de romper el saque de las que dispuso a lo largo del partido.

El defensor al título, por su parte, concedió que hoy se había sentido muy cómodo con su servicio. "Es importante ante Hewitt, porque él siempre es un rival peligroso, pero creo que la clave fue haber jugado bien durante el 'tie-break'. Ha sido desafortunado para él, pero yo estoy contentísimo", señaló el primer favorito nada más terminar el partido.

El pentacampeón de Wimbledon, quien al contrario que su oponente rompió el servicio a Hewitt en las tres ocasiones en las que tuvo opción y que curiosamente cometió muchos más errores no forzados que su adversario -22 frente a los 13 del australiano-, se medirá en cuartos de final al vencedor del partido que disputan ahora el español Fernando Verdasco y el croata Mario Ancic.

Ante la perspectiva de medirse a Ancic, el último hombre que se impuso a Federer en Wimbledon en 2002, el número un apuntó: "Estaría bien volver a jugar contra Mario, el último jugador que me venció aquí aunque después hemos vuelto a jugar juntos. Siempre será difícil, al igual que Verdasco, que sería una rival extremadamente complicado".