G. Casadevall/R. Zuleta / Berlín

De la canciller Merkel al "kaiser" Beckenbauer, en la potencia futbolística germana se ha impuesto la consigna de admitir fascinación por los de Luis Aragonés, hasta extremos que hacen pensar en trampa para derribar al "favorito".

Merkel ha admitido que la selección de Joachim Löw, al que adora, no es la favorita en la final y el presidente del país, Horst Köhler, recuerda en el dominical `Bild am Sonntag´ que España no ha perdido ni un partido. El "gurú" futbolístico de la televisión alemana Günter Netzer insiste en explayarse sobre el "juego mágico" español.

Los titulares de la prensa alemana alaban sin reparos la "magia", "fuerza", "creatividad" y "belleza" un conjunto que, para el `Frankfurter Rundschau´ sería "el lógico campeón europeo".

Tanto reconocimiento alemán podría esconder una trampa. El presentador del informativo de la televisión pública ZDF Stefan Sieber recordaba, antes de explayarse también él en la superioridad hispana, que partir como favorito no es garantía de victoria. España sería el "lógico campeón" si no fuera porque su rival es Alemania, prosigue un articulista de la `Frankfurter Rundschau´. Unos y otros repiten como un sortilegio la frase de Gary Lineker: "El fútbol es un juego de once contra once donde gana Alemania".

Si se quiere entender lo que significa la frase "España es favorita", hay que analizarla a la luz de la historia del fútbol alemán y de sus leyendas. Los alemanes nunca han pretendido ser los mejores. Lo que buscan es ganarle a los mejores y buena parte de sus éxitos históricos están en haberlo logrado repetidas veces.

El mito fundacional del fútbol alemán es la final de 1954 en Berna cuando la frase de "Hungría es favorita" tampoco la hubiera discutido nadie. Sólo había diversas opiniones era sobre el monto de su victoria. Al final, bajo la lluvia ("si llueve tenemos posibilidades", había anticipado el seleccionador Sepp Herberger), Alemania venció por 3-2 a la Hungría de Puskas.

Veinte años después, la favorita en la final de Múnich era la Holanda de Cruyff. El desenlace (2-1 a favor de Alemania) lo resumió una frase algo cínica de Beckenbauer. "Johann es el mejor jugador. Pero yo soy campeón del mundo y el no", dijo el `Kaiser´.

En 1990 el finalista que cayó ante Alemania fue la Argentina de Maradona. Y aunque en esa ocasión nadie hubiera dado a Argentina como favorita, el dato sirve para recordar que tres de los jugadores más grandes de la historia han caído ante Alemania.

Personalidad propia

Esa historia de terror para los favoritos tiene tal vez su explicación en el tipo de fútbol que juega Alemania, que suele enredarse ante equipos de menos recursos y crecerse ante rivales con mejor juego. Ese equipo alemán tiene algunas características de aquellos que en el pasado han tenido éxito. Los 23 jugadores tienen la cohesión propia de un grupo de conjurados como resultado de un proceso que se inició durante la era de Jürgen Klinsmann.

"España es favorita", dicen los alemanes aunque la mayoría silenciosamente esté dando a Alemania como ganadora. Como dijo una vez Valdano, aunque a muchos les parezca desagradable ver jugar a los alemanes es mucho más desagradable jugar contra ellos. Tal vez no valga la pena repetir la frase de Lineker. Pero sí las de Herberger según las cuales los partidos duran noventa minutos, juegan once contra once y al final puede ganar cualquiera. Sobre todo cuando llueve.