Redacción/Efe / Vigo/Madrid

Toda Galicia vibró con la "Roja". Muchos fueron los seguidores de la selección española que se echaron a la calle para festejar el triunfo de España en la semifinal ante Rusia. En Vigo, en la Praza da Estrela, y en Pontevedra, la Deputación instaló sendas pantallas gigantes para ver el partido. La fiesta estalló con el pitido final hasta altas horas en algunos puntos porque la clasificación para la final de España se merece festejar por todo lo alto.

En la Praza da Estrela se congregaron cerca de medio millar de personas, que se fueron animando a medida que avanza el encuentro y el dominio de España ante los de Hiddink era patente. Se mascaba el triunfo y la gente, con cánticos, gritos y mucha euforia, no quiso perderse la fiesta. Las cafeterías de la ciudad también se vieron repletas con los aficionados que prefirieron ver el partido con un poco de ambiente en lugar de seguirlo desde sus hogares.

Pontevedra no fue una excepción y cientos de aficionados se reunieron en la plaza de A Ferrería para presenciar en una pantalla gigante el partido. Desde bastante antes del inicio los pontevedreses fueron ocupando los sitios privilegiados para disfrutar de las evoluciones de la "Roja". Muchos de los que se citaron en dicha plaza eran miembros de las diferentes representaciones que están participando en los II Juegos Europeos de Polícias y Bomberos, aunque a excepción quizá de los lituanos, todos apoyaban al equipo de Aragonés. Entre la parroquia pontevedresa hay que destacar la presencia de Núñez Feijóo, presidente del PPdeG; acompañado por Rafael Louzán y Telmo Martín.

La semifinal de la Eurocopa también se vivió con intensidad en la comarca de Arousa, si bien cabe señalar que la mayor parte de los aficionados optaron por verlo en sus hogares.

En Vilagarcía hubo varios puntos de encuentro. La zona de A Baldosa congregó a la mayor parte de los aficionados del centro urbano en clara competencia con el Centro Comercial Arousa, que contó con un público más juvenil alrededor de los plasmas de la segunda planta. Al igual que sucedió en los cuartos de final ante Italia, la Asociación de Vecinos A Golpelleira de A Torre congregó a sus socios en su sede. O Grove fue otra de las localidades en las que el seguimiento fue notable. Los bares y cafeterías se llenaron, especialmente dos clásicos como la Cafetería Domínguez y el Bar Venezuela, en los que se reunieron los aficionados de mayor edad. La juventud optó por diversas alternativas como los bares Fragata, Manos, Guiso o Habanero, entre otros. También Cambados tuvo un acentuado sentir futbolístico. El Pub A Leria y el Tetuán fueron dos de los locales que registraron una mejor entrada. Al final del encuentro unas 1.000 personas se concentraron en la Plaza de Galicia arousana para dar rienda suelta a su emoción por la clasificación para la final.

En O Morrazo la estampa fue curiosa. Nunca en un día tan soleado fue tan sencillo encontrar sitio en las terrazas. En el interior de los locales, en cambio, los futboleros más acérrimos se agolparon. Los aficionados, sobre todo los más jóvenes, quemaron las últimas horas antes del partido buscando el bronceado perfecto que hiciese lucir los colores de la "Roja" (ayer la "Dorada"). Otros apuraban su jornada laboral para llegar a tiempo a la ineludible cita. Y en el momento decisivo las calles comenzaron a vaciarse. La falta de un templo futbolístico de referencia hizo que los aficionados se repartiesen entre los bares y se perdiese ese ambiente de las grandes ocasiones.

Por su parte, el partido eclipsó por unas horas las Festas do Corpus que se celebran en Ourense desde el pasado fin de semana. Las elevadas temperaturas que se registran en la ciudad propiciaron que muchos aficionados siguiesen el encuentro en las pantallas de algunas de las casetas gastronómicas que ocupan el parque de As Mercedes. Los bares y cafeterías también acogieron a una multitud de aficionados y el centro comercial Ponte Vella puso a disposición de la afición una de sus salas de cine, con capacidad para más de 200 personas. Numerosos automovilistas hicieron sonar el claxon por las calles más céntricas tras la victoria.

Pero en toda España ayer fue un día de fiesta. La madrileña plaza de Colón acogió a miles de seguidores ataviados con los colores de la selección española, que formaron una masa mucho más numerosa y entusiasta que la que estrenó la plaza en el primer choque de España contra Rusia, en la primera fase de la Eurocopa 08.

Entre la "marea roja" apenas se distinguían camisetas amarillas que conjuntaran con las que ayer lucía la selección. Además, se podían ver a turistas mexicanos, brasileños, de otros lares de Suramérica o, incluso, estadounidenses, los dos primeros con camisetas de su respectiva selección nacional, que se unieron a la fiesta de Colón.

La expectación en la plaza contrastaba con el amplio dispositivo de seguridad que el Ayuntamiento dispuso específicamente para la ocasión, tras los incidentes que se produjeron en los aledaños de Colón el pasado domingo, después del partido de cuartos contra Italia.

Además, cerca de 10.000 personas asistieron enfervorizadas, en la plaza del Ayuntamiento de Móstoles, al triunfo de la selección española frente a Rusia. Impulsados por la "Ikermanía", los mostoleños vieron el partido en una pantalla gigante de 27 metros cuadrados, con pancartas como "Somos 300.000 mostoleños, 300.000 mostoleños en la portería" o "Iker y España a Rusia dale caña". Muchos fueron también los aficionados que se desplazaron a Viena para presenciar el encuentro. El aguacero y la tormenta quedaron en un segundo plano ante el recital español antelos rusos, a los que España privó de la fiesta.