BARCELONA 2 - 0 CELTA

S.E. / barcelona

No pudo ser. El Celta no consiguió su clasificación para la final de la Copa del Rey al no ser capaz de mantener la ventaja que consiguió la semana pasada en el campo de A Madroa y perder por dos goles. La eliminatoria pudo haber cambiado si el colegiado del encuentro no le hubiera anulado un gol a José Luis a cinco minutos para la conclusión. Era el gol que valía una final.

Tal y como era de esperar, el Barcelona salió en tromba tras el pitido inicial. Los azulgranas sabían de la importancia de marcar lo antes posible y cercaron al Celta en su área que, a pesar de todo, conseguía defenderse con mucho orden. Sin embargo los problemas no tardaron demasiado en llegar para los vigueses, pues a los quince minutos de juego Alex debió hacer su primer cambio debido a las molestias estomacales de Pedro Vázquez, que debió abandonar el partido.

Iago Falque, que hace siete días había pasado muy desapercibido en el partido de A Madroa, tomó ayer las riendas del partido y tiró de su equipo para intentar darle la vuelta a la eliminatoria. Lo consiguió a la media hora de juego, consiguiendo el primer gol en una buena jugada en la que nada pudo hacer la defensa viguesa.

El tanto dejó muy tocado al Celta, que se descentró y perdió el control de la situación. Desde el banquillo se deseaba que llegara el descuento lo antes posible ante la avalancha azulgrana, pero para colmo de males a dos minutos para la conclusión, Iago Falque volvió a marcar poniendo por delante en la eliminatoria al Barcelona.

El técnico vigués arriesgó en la segunda parte. Durante los quince minutos de descanso todos los jugadores del banquillo estuvieron ejercitándose, y en los primeros minutos entraron en el campo Mathías y Gabi Misa. La apuesta ofensiva de los célticos era clara, ya que tal y como estaban las cosas el resultado no valía para nada y había que quemar las naves para intentar agarrarse a la final.

A pesar de que el Barcelona fue muy superior en los primeros cuarenta y cinco minutos de juego, la realidad de la segunda parte fue muy diferente. La apuesta ofensiva del Celta comenzó poco a poco a dar sus frutos consiguiendo poner varias veces en peligro al meta azulgrana Miño.

La jugada polémica llegó a cinco minutos para el final del encuentro, cuando el Celta consigue marcar pero el árbitro anula el tanto por supuesto fuera de juego. Era el gol de la eliminatoria, ya que con ese tanto el Barcelona se quedaba en la cuneta.

A pesar de la eliminación, matrícula de honor para el conjunto celeste que ha cuajado una temporada impresionante.