El Celta se acogerá el lunes a la Ley Concursal de forma voluntaria, lo que permitirá al actual consejo de administración de la entidad mantener la gestión de la entidad, aunque bajo la supervisión del juez. Una vez solicitada la declaración de concurso, se establecerán diversos pasos. El primero de ellos será el nombramiento de los tres administradores concursales que dirigirán el proceso (un abogado con experiencia concursal, un auditor de cuentas y un acreedor de un crédito ordinario o con privilegio general). Acto seguido se establecerá el activo (de qué capital y bienes dispone la sociedad) y el pasivo (quiénes son los acreedores y cuánto se les debe). Una vez que se conocen los administradores y queda fijado el activo y el pasivo, se establece el convenio de acreedores, la pieza clave para reflotar la sociedad. Posteriormente el juez califica el concurso, se depuran posibles responsabilidades y se cierra el proceso (en un plazo máximo de 5 años) con éxito o sin él.