A unos veinte kilómetros al sur de la capital austríaca, en el estadio de la Suedstadt, donde habitualmente disputa sus partidos el Admira Wacker, los hombres de Roberto Donadoni completaron un entrenamiento de algo más de hora y media de duración.

A partir de las once de la mañana saltaron al terreno de juego los integrantes de la selección transalpina, que primero mantuvieron una charla en grupo, antes de que se dividieran, quedándose en el terreno de juego los titulares del partido del pasado martes contra Francia, en el que Italia aseguró su pase a cuartos tras vencer por dos goles a cero, con goles de Andrea Pirlo y de Daniele de Rossi.

Los que fueron suplentes contra la selección gala pasaron en esos instantes al gimnasio, mientras que los citados Pirlo y de Rossi, más el portero Gianluigi Buffon, el ex madridista Christian Panucci, Luca Toni y el ex barcelonista Gianluca Zambrotta, los únicos que jugaron todos los minutos del torneo centroeuropeo, permanecieron en el campo.

Lo mismo hicieron otro ex madridista, Antonio Cassano, Simone Perrotta, Gennaro Gattuso y el resto de los que aseguraron el pase italiano a cuartos en el último encuentro.

En una mañana soleada, tras los estiramientos y el calentamiento, los italianos -segundos del grupo C, con cuatro puntos, cinco menos que Holanda- efectuaron ejercicios de control de balón y repitieron sesiones de carrera suave.

Contra España no jugarán, por sanción, los milanistas Pirlo y Gatusso, por lo que todo apunta a que sus puestos serán ocupados, respectivamente, por Alberto Aquilani, de la Roma, que sólo jugó los doce minutos finales contra Francia; y Massimo Ambrosini (Milan), que intervino en los tres encuentros empleándose 140 minutos.

La única duda de Donadoni parece ser la de si será el 'argentino' Mauro Camoranesi (Juventus) o el romanista Perrotta el que ocupe el puesto de media punta. Aunque también podrían jugar ambos, en detrimento de Aquilani.

Tras nuevos ejercicios de balón, de velocidad y cambios de ritmo, el seleccionador italiano ordenó partidos de uno contra uno, con dos porteros, en una de las áreas del campo del Admira.

Ejercicio que se fue ampliando a pequeños enfrentamientos de parejas y de tríos, antes de aumentar los límites y colocar la portería supletoria a unos quince metros de la mitad del terreno de juego, para echar partidillos de quintetos más guardameta.

Después del ensayo, el madridista Fabia Cannavaro -que se lesionó poco antes de arrancar el torneo, pero que decidió permanecer en la concentración italiana junto al resto del grupo-, Camoranesi y Ambrosini.

A los tres se les insistió, por parte de los medios de comunicación españoles acerca de una posible 'vendetta' o revancha después de lo que sucedió en el Mundial de Estados Unidos'94, en el que Italia eliminó a España (2-1) en un partido en el que Mauro Tasotti le rompió la nariz de un codazo a Luis Enrique dentro del área, en una acción en la que el árbitro ni señaló penalti, ni expulsó al italiano.

Cannavaro opinó que "no" le "ha gustado" que se hable de 'vendettas', "porque lo que pasó en América no fue bueno para el fútbol y se tiene que olvidar".

Camoranesi afirmó que no se acuerda de lo sucedido en 1994 "porque era muy chico" y Ambrosini, uno de los integrantes de la selección olímpica a la que España eliminó en los cuartos de final de los Juegos de Sydney 2000, señaló que la "vendetta" para él es la de esa cita olímpica.