La familia del Amfiv pelea contra su desaparición de la elite del baloncesto en silla de ruedas. Ese equipo, que se ha quedado sin patrocinador, es su mascarón de proa. El club se ha convertido desde su creación en una fábrica de campeones. Metales paralímpicos lo atestiguan.

Grandes logros para una entidad que surgió de la iniciativa de Pablo Beiro, todavía presidente. En 1978 un error médico le dejó parapléjico. El vigués se trasladó al Centro Nacional de Toledo, donde conoció el deporte de minusválidos. Una vía ideal de superación para él, que había sido coordinador de atletismo del San Miguel. Tras año y medio de estancia, regresó a Vigo y se encontró la nada. "En el antiguo Inserso nos juntamos gente con inquietudes, unos en la educación, otros en el deporte, otros en el trabajo, y formamos la Asociación de Minusválidos Físicos de la Provincia de Pontevedra. Y allí empieza todo", relata.

Duros inicios, como se suele. "Buscamos chavales que venían de Toledo, que era lo que había. Un grupo de ocho personas. La Diputación nos dio las sillas. Fuimos creciendo poco a poco. Hace doce años estuvimos en División de Honor, pero decidimos bajar al año siguiente por temas económicos. No se podía".

Al segundo intento su triunfo tuvo respuesta: "Hace siete años volvimos a la elite. Gracias al apoyo de Chema Figueroa y Santi Domínguez conseguimos un presupuesto, luchamos por tener los jugadores necesarios para tener éxito y ahí estamos". El Amfiv se ha consolidado como una alternativa de poder a los dos ONCE de la categoría (Madrid y Sevilla) e incluso ha bordeado la gloria continental. "Y eso que prácticamente todos los años tenemos que fichar a dos o tres jugadores nuevos porque los otros reciben ofertas y se van", destaca.

A Beiro, que hace tiempo que plantea su retirada, le molestan las angustias del momento. "Lo que duele es que Polaris, por ejemplo, acaba de desaparecer como sponsor en Murcia y ya tienen a otro que les va a dar mucho más dinero. No sabemos cómo vender el producto a las empresas, pero ni yo ni el Celta ni ningún club de elite de la ciudad".

El Amfiv ha brillado igual en agua que sobre tierra. Son varios los paralímpicos formados en la entidad, como los nadadores Chano Rodríguez y Pablo Cimadevila y el atleta José Manuel. "El trabajo del club está ahí y bien hecho. Y debe haber servido para algo".