Antonio M. Guirado / Los Ángeles

103 - Los Ángeles Lakers

Fisher (15), Bryant (25), Radmanovic (7), Odom (20), Gasol (19) -cinco inicial-, Farmar (11), Walton (2), Vujacic (4), Ariza (-), Mihm (-) y Turiaf (-).

98 - Boston Celtics

Rondo (3), Allen (16), Pierce (38), Powe (-), Garnett (13), -cinco inicial-, House (6), Cassell (9), Posey (3), Brown (4) y Tony Allen (6).

PARCIALES: 39-22, 16-30, 25-18, 24-28.

Árbitros: Bavetta, Foster y Mauer. Expulsaron a Ray Allen por faltas personales.

Incidencias: Final de la NBA. Quinto partido, disputado en el Staples Center de Los Ángeles, ante 18.997 espectadores. Lleno.

Los Lakers salvaron el primer "match ball" que tenían los Celtics de Boston para erigirse en campeones de la NBA y con su victoria por 103-98 enviaron la Final de nuevo a Boston. El trío angelino formado por Kobe Bryant (25 puntos), Lamar Odom (20 y 11 rebotes) y Pau Gasol (19 y 13 rebotes) eclipsó la labor de un superlativo Paul Pierce, autor de 38 puntos.

El milagro empezaba por ganar ayer. No piensan en que deben imponerse en tres partidos consecutivos, dos de ellos en feudo ajeno, sino en disputar cada duelo de forma independiente. Así dieron el primer paso.

Los californianos volvieron a comenzar con energía y determinación (39-22), pero los Celtics, a una sola victoria de hacerse con su decimoséptimo anillo y con la sensible baja de su pívot titular Perkins, volvieron a contar con un Pierce esplendoroso.

Gasol, activo a ambos lados de la cancha, y Bryant, con cuatro triples, 15 puntos y un recital de juego en el primer cuarto, parecían querer repetir el guión del pasado jueves, aunque esta vez no estaban dispuestos a que el final les deparase otra desagradable sorpresa, a pesar de que en ocasiones, apuntaba a ello.

Phil Jackson, técnico de los locales, sorprendió a propios y extraños al contar por primera vez en la final con el pívot Chris Mihm y disponer de un quinteto de todo reservas, excepto Lamar Odom, durante gran parte del segundo periodo. Resultado: de ir ganando por 41-22 pasaron en unos minutos al 43-39.

El parcial, de 2-17, era escandaloso. Los angelinos volvían a naufragar. El causante del destrozo tenía nombre propio: Paul Pierce, que anotó 16 tantos en el segundo cuarto. Bryant y Gasol, cero. Al descanso casi llegaba la sangre al río (55-52). Pierce dio a los suyos la primera ventaja.

Gasol volvió a cuajar buenos minutos, asumiendo la responsabilidad en ataque. Sin alardes, con mucho sufrimiento y apoyados en el despiste de las filas visitantes, los Lakers escalaron hasta los nueve de diferencia (79-70) para comenzar el último acto con cierta tranquilidad.

Los Lakers vivían los mejores minutos en toda la Final de Jordan Farmar y, posiblemente, de Gasol, magnífico en su defensa a Garnett y decisivo en determinadas acciones ofensivas.

Bryant estuvo por debajo de su nivel, pero los de Jackson no se obsesionaron y movieron el balón hasta dar con el jugador mejor colocado. No obstante, el líder angelino debe dar un cambio de 180 grados a su juego si quiere llevar a los suyos al título.

Los jugadores de Doc Rivers quisieron revivir la historia del cuarto partido culminando otra gran remontada. Posey, Pierce y Garnett hechizaron el Staples Center (90-90 a falta de 4:12).

Bryant volvió a asumir demasiado protagonismo y erró tiros importantes pero un mate suyo tras pérdida de balón de Pierce dio un colchón de cuatro puntos (99-95) a falta de 37 segundos. La Final, y quién sabe si la resistencia angelina, continuará hoy con el sexto partido.