Manuel Borrego / Las Palmas

A Gerardo González Movilla, presidente de la Asociación de Futbolistas de España, le espera un verano del que pronostica que "si todos los datos que poseemos se cumplen, se va a armar la marimorena". Movilla se muestra crítico con la aplicación en el fútbol de la Ley Concursal. Así lo manifestaba en esta entrevista que La Provincia, diario del Grupo Prensa Ibérica, publicaba el pasado lunes.

Su estamento está próximo a abrir el periodo más conflictivo de la temporada. Cuando se supere la frontera del próximo 30 de junio, la AFE comenzará a recibir las denuncias de sus afiliados por impagos que luego serán analizadas en la comisión mixta con la Liga Profesional."Y el riesgo de descensos federativos es en estos momentos el más elevado en la historia del fútbol español", admite.

El plazo para la presentación de denuncias se inicia en julio y a partir del día siete del próximo mes será cuando la AFE comience su actuación que culminará hasta el 30 de julio, día de fatídicas decisiones: "Ahora no seríamos capaces de pronosticar nada con respecto a las denuncias de los jugadores que puedan llegar hasta nuestra organización. Hay clubes que han estado muy apresurados por los impagos y que a última hora resuelven el entuerto. Y otros que nosotros ni pensá- bamos que iban a tener proble- mas acaban con una pérdida de categoría por la vía administrativa. Tenemos que esperar y desear que la buena voluntad de todas las partes se aplique en julio o antes. Pero estamos preparados para lo peor, especialmente por arriba".

La AFE es consciente de que un puñado de clubes de las tres principales categorías está a las puertas de entrar en concursos de acreedores. Pero González Movilla advierte sobre la aplicación de una "doble moral": "Pongo como ejemplo el que un equipo tire el balón fuera del campo con el propósito de marcar un gol. La Ley Concursal, tal como algunos clubes quieren interpretarla, es un mecanismo inaceptable para nuestro colectivo. En el fútbol, de cien pesetas van destinadas a los futbolistas sesenta y cinco. El resto a Hacienda y de- más. Lo que no puede hacer un club es asumir unos compromi- sos contractuales con sus profe- sionales y luego acogerse a la Ley Concursal, que podría ampararle para no aplicar al pie de la letra esos contratos (una clara alusión ésta a la reducción del 50% de la deuda que, en el caso de la UD Las Palmas, se aplicó con todos los acreedores). También aquí se va a armar la marimorena".

"Los clubes no pueden ser conscientes de que existe la Ley Concursal para no afrontar los compromisos que adquieren", prosigue. "Comenzamos a revisar con la Liga Profesional nuestro convenio. Allí llevaremos nuestras propuestas porque estamos realmente preocupados por la manera en que se está tratando de interpretar este mecanismo legal. La Ley Concursal no puede acabar convirtiéndose en un recurso para que unos equipos actúen con ventaja en relación a los que aplican con rigor sus compromisos económicos y que no se exceden en un gasto que no corresponde a la realidad de sus presupuestos ", afirma el sindicalista tinerfeño.