No se estila en carreras de esta duración y de esta categoría hacer el paseo de honor al campeón de la ronda en el último día de competición. Pero en la Volta a Galicia 2008 la última etapa se pareció más a eso que a cualquier otra cosa.

En ningún momento peligró el triunfo de García Casarrubios (Supermercados Froiz), en ningún momento hubo movimientos que preocupasen a ninguno de los líderes de las diferentes clasificaciones. Al final del día, sólo el maillot negro de la regularidad cambió de manos. La lluvia y el frío de primera hora de la mañana disiparon cualquier voluntad de dinamitar la carrera. Era casi imposible hacer daño a un equipo tan fuerte en esta Volta, y al completo, como el Supermercados Froiz. Por eso dió la sensación de homenaje, por eso la etapa pareció un paseo hecho a medida del líder. La última etapa no tuvo demasiada historia. Ataque en los primeros kilómetros alrededor de Vilalba neutralizado en la bajada hacia Mondoñedo y nueva intentona que dió resultado camino de Foz. Saltaron del grupo Sergio Celiz del Cymasa y Joni Brandao del Santa María da Feira. El portugués se marchó en solitario al paso por el kilómetro cien y creyó en sus posibilidades hasta el último metro de la etapa. Por eso cruzó en solitario la meta celebrando una merecida victoria de etapa tras treinta kilómetros sin compañía. Por detrás, a casi un minuto, entró el pelotón al completo. Todos los que habían corrido la penúltima etapa y no querían perderse la despedida de la Volta. Porque el esfuerzo tuvo recompensa para todos. Especialmente para Óscar García Casarrubios. El corredor manchego del Froiz, siempre dando la cara desde el miércoles, mostró su mejor sonrisa para suceder a un paisano y compañero de equipo en el palmarés de la ronda gallega.

El homenaje y el aplauso de los ciudadanos de Viveiro, en el veinticinco aniversario de su equipo ciclista, fue un homenaje al ciclismo gallego y a los vencedores de una Volta cada vez más internacional.