Álvaro Faes / Enviado especial a Montreal

Esta vez no hubo medias sonrisas ni avisos cómplices ante estrategias revolucionarias. Fernando Alonso sólo aseguró el día anterior que no tendría grandes problemas para entrar en la Q3, entre los diez más rápidos. Ignoró la lista de tiempos de los entrenamientos libres y se fió de sus sensaciones a los mandos del R28. Antes de la tanda definitiva, un ejército de operarios barría la pista a la altura de la décima curva. La sorpresa ya había saltado porque la tanda intermedia daba buena fe de las posibilidades reales de cada piloto. El asturiano estaba cuarto, reventaba todos los pronósticos y dejaba por detrás a pilotos como Kubica, Kovalainen y Webber, mucho más rápidos en las tandas libres.

La llama de la esperanza ya estaba encendida. Al final, el polaco le superó -casi se lleva la pole-, pero Alonso estará en la segunda fila de la parrilla del Gran Premio de Canadá, que se disputa hoy en Montreal; un lugar sorprendente, lejos de las costumbres del R28 esta temporada. La espectacular lucha entre Hamilton y Kubica dejó la pole en manos del inglés, segunda de la temporada desde la inicial en Melbourne y octava en su carrera.

Otra vez, como en Barcelona, Fernando Alonso hizo magia en la pista. Enseñó sus mejores trucos en un circuito poco propicio, riguroso con las carencias del R28, pero agradecido con los buenos pilotos. Estuvo impecable en las tres tandas clasificatorias. Llegó la hora de la verdad y puso toda la carne en el asador, olvidando sus tiempos de los entrenamientos libres, entre los peores el viernes y también en la cola del grupo en la sesión de ayer por la mañana. No se amedrentó cuando, en la Q2, bloqueó en la primera curva y se saltó la chicane.Y llegó a la tanda definitiva para asegurarse un puesto entre los mejores. Segunda línea, cuarto y sin sospechas de haber salido exageradamente descargado de combustible. Lo aclara el vistazo a los tiempos de la Q2, cuando Hamilton le tomó sólo cuatro décimas, frente a las nueve que le ganó al final.

La parrilla se compuso y quedó de lo más atractiva. Nunca esta temporada hubo tanta alternancia, y la salida de hoy (19:00 en horario español) promete más que nunca. Las primeras cinco posiciones -Hamilton, Kubica, Raikkonen, Alonso y Rosberg- son para pilotos de otros tantos equipos: McLaren, BMW, Ferrari, Renault y Williams. Todos los gallos de la carrera, repartidos en las cuatro primeras líneas, ante un Gran Premio que se presume apasionante.

Pocos se libraron ayer de pequeños percances en la primera curva. Saltarán chispas cuando los monoplazas se lancen a por ella en busca de la mejor posición, con la amenaza latente de un coche de seguridad que aplique la lotería de la normativa que lo rige.

Quejas de la pista

En 2007 el coche de seguridad apareció nada menos que en cuatro ocasiones, y ayer los pilotos se quejaron mucho del estado de la pista. Que los comisarios ordenasen barrer una curva antes de la Q2 y de la Q3 es un síntoma, y los problemas pueden llegar cuando aparezca la verdadera lucha por las posiciones. Hubo pilotos que lo pasaron fatal ayer, como el italiano Jarno Trulli, que rodó casi más tiempo por el verde que sobre el cemento.

Hace un año hubo ocho abandonos, bandera negra (descalificación) para Massa y Fisichella y sanciones por repostar con el coche de seguridad en pista para Fernando Alonso y Rosberg. Fue la carrera de la primera victoria para Lewis Hamilton en el Gran Circo, un trofeo al que opta a revalidar en la tarde de hoy por lo visto durante la calificación. No lo tendrá fácil por lo aleatorio de un Gran Premio que puede ser accidentado y por un clima que no garantiza tranquilidad. Se espera calor y sol, pero también nubes, viento y alguna tormenta. Se darán casi todas las opciones, así que la tranquilidad queda a expensas del momento en que aparezcan unas y otras condiciones.