Jorge Lorenzo, piloto español de Fiat Yamaha, tercer clasificado del Mundial de MotoGP en su debut en la máxima categoría, parece abandonado por la suerte, tras confirmarse ayer que no podrá correr el GP de Cataluña debido a la caída que sufrió en la segunda sesión de los entrenamientos libres.

Toda la suerte que aupó a Lorenzo incluso al liderato del Mundial al término de la tercera carrera, en Portugal, donde obtuvo su primera victoria, parece haberle abandonado desde su accidente en China. También en los entrenamientos, el piloto de Palma de Mallorca se cayó: se fracturó un tobillo y se dañó los ligamentos del otro. Pese a ello, disputó la carrera y acabó en la cuarta plaza.

Volvió a subirse al cajón en Francia, segundo, por detrás de un abrumador Valentino Rossi (Yamaha), pero hace una semana, en Mugello, volvió a caerse de la moto. Por su propia agresividad, la que tantas caídas le provocó en 250 c.c., según confesó el propio piloto. Por primera vez desde su impactante debut en MotoGP, no pudo terminar una carrera.

De regreso a casa, en Montmeló, uno de los circuitos que le vio dar sus primeros pasos encima de una moto, Lorenzo ni siquiera podrá empezar el gran premio. En Montmeló ganó el año pasado, una muesca más en su carrera hacia el título de 250 c.c., y pese a la ilusión con la que llegaba a Cataluña, tendrá que ver la carrera por televisión.

Así se lo aconsejó su médico de confianza, el doctor Xavier Mir, el mismo que le operó del síndrome compartimental antes de correr en China. En la clínica Dexeus de Barcelona, donde fue trasladado en helicóptero, el doctor Mir confirmó que Lorenzo deberá permanecer en observación entre 48 y 72 horas, después de perder momentáneamente el conocimiento.

Tristemente abocado a visitar tanto las consultas de los médicos como el box de su equipo, Lorenzo no podrá correr en Montmeló ante una afición que siempre ha considerado suya. La carrera del domingo pierde un gran aliciente, más allá de la ausencia puramente deportiva de Lorenzo, comprobar la división de opiniones en la grada del circuito entre los dos mejores españoles de la parrilla, Pedrosa y Lorenzo.