Luis Miguel Pascual / París

28 - Francia

Omeyer; Fernandez (1), Dinart, Bertrand Gille (4), Narcisse (4), Girault (2), Karabatic (7), Abalo (2), Guigou (1), Abati (6), Guillame Gille (1).

24 - España

Barrufet; Raúl Entrerríos (2), Garabaya (1), Prieto (-), Belaustegui (3), García (6), Tomás (1), Alberto Entrerríos (4), Rocas (2), Lozano (1), Romero (1), Malmagro (3).

MARCADOR CADA CINCO MINUTOS: 3-4; 7-5, 9-8; 10-11; 13-12; 16-13 (descanso) 16-16; 17-17; 20-18; 25-21; 25-22; 28-24 (final).

Arbitros: Krstic y Ljubic. Excluyeron por dos minutos a los españoles Prieto (dos veces), Belaustegui (dos veces) y Malmagro, y al francés Karabaya.

Incidencias: Encuentro correspondiente al torneo preolímpico disputado en el pabellón Bercy de París ante unos 6.000 espectadores.

A España le faltó fuelle para aguantar la presión francesa (28-24) en el segundo partido del preolímpico de París que retrasa las opciones de los de Juan Carlos Pastor de lograr un billete para los Juegos de Pekín.

La selección española aguantó durante la mayor parte de los dos tiempos el acoso francés, encabezado por un impecable Karabatic, pero las fuerzas fallaron al final de cada uno de los periodos, lo que fue aprovechado por los locales para abrir brechas en el marcador.

Juanín García, autor de seis tantos, se convirtió en el mejor artillero español, pero su energía fue insuficiente. España careció de la gasolina suficiente para afrontar el final del encuentro, en el que los franceses se mostraron más resolutivos, contaron con el apoyo de la grada de Bercy y con alguna decisión arbitral que nunca favoreció al combinado de Pastor.

Habrá que ganar hoy a Túnez para poder optar a los Juegos de Pekín y la victoria no será sinónimo automático de clasificación.

Todo lo contrario que Francia, que prácticamente se asegura un puesto en los Juegos, y sólo una compleja combinación de resultados les dejaría fuera de su objetivo.

España aguantó la mayor parte de la primera parte pese al festival de un Karabatic que superó constantemente a la zaga de Juan Carlos Pastor, incapaz de parar al francés.

Belaustegui y García en el ataque y algunas oportunas paradas de Barrufet, sustituto de Hombrados bajo los palos, mantuvieron a España dentro del partido y las iniciativas se sucedieron en el marcador, sin diferencias de más de dos tantos para ninguno de los dos equipos.

España aguantó bien dos exclusiones que tuvo en la primera mitad, con calma, lo que hacía prever que plantarían cara a los locales.

Pero los galos demostraron que llegan en mejor condición física y por eso abrieron hueco en el marcador en los últimos minutos de la primera parte, cuando Karabatic se echó el equipo a la espalda respaldado por un infalible Abalo desde la línea de siete metros, desde donde logró un total de cinco dianas (16-13).

Barrufet emergió de nuevo en la segunda mitad mientras Raúl Entrerríos, Malmagro -que no había marcado hasta ese momento- y García, enjugaron la ventaja gala y el partido recobró la senda de la igualdad (16-16).

Los de Onesta aprovecharon la segunda exclusión de Prieto para abrir una brecha de tres tantos en el marcador (20-17), una distancia que conservaron con astucia, sin que España lograra reducirla pese al retorno de Malmagro, que se convirtió en el mejor atacante español en esa fase del juego.

Pero Karabatic siguió tirando del carro francés y, pese a que se marchó excluido cuando su equipo ganaba de tres, España no supo aprovechar la superioridad numérica para reducir la ventaja, que incluso se elevó a cuatro (24-20).

Los dos equipos entraron en una fase de indefinición, con una Francia que gestionaba bien la ventaja frente a la impotencia española por reducirla.

Una severa exclusión de Malmagro a falta de siete minutos para el final complicó la labor de remontada de los de Pastor. Un soberbio Omeyer y alguna decisión litigiosa de los árbitros acabaron con toda esperanza de ganar el partido. Pekín tendrá que esperar hasta hoy. El empate ante Túnez (14:30 horas) es suficiente.