El Barça se quedó sin final de la `Champions´ tras caer ante el Manchester United (1-0), en una eliminación con aires de cambio de ciclo, de fin de aquel círculo virtuoso que generó Joan Laporta cuando llegó al frente del club en el verano de 2003.

Dos años en blanco son una eternidad para un equipo como el Barcelona, que ha pasado de ser un referente en Europa a un conjunto con muchas dudas, tal y como lo demostró en Manchester, donde cuajó un partido correcto, pero no suficiente para superar a los `red devils´. Le valió al United un gol de Paul Scholes en el minuto 14. El Barça fue durante muchos minutos sólo Leo Messi y cuando el argentino se fue apagando, ya que no le quedó nada a los azulgrana a que acogerse.

Esta vez no fue desidia, ni falta de intensidad. No es que el Manchester apabullara ni tampoco que el Barça jugara acomplejado. Como era previsible, estos grandes choques se acaban por decidir en pequeños detalles, un centímetro arriba o abajo, en este caso, fue un resbalón de Zambrotta y un golazo de Scholes.

Sólo habían transcurrido 14 minutos y el Barça ofrecía una buena sensación, de las mejores de la temporada. Tanto que a los 26 segundos, Scholes ya tuvo que frenar a Messi al borde del área en la primera cabalgada de `La Pulga´. Pero llegó un resbalón de Zambrotta, una recuperación de Cristiano Ronaldo, otra del italiano y el balón a unos pocos metros del área grande. Scholes a la primera marcó. Todo en 14 minutos, en los que se decidió el pase a la final de Moscú.

No tuvo el Barça la sensación de que se jugaba lo mucho que se jugaba, seguramente el final de una etapa, y si la tuvo remontó la situación y se decidió a ir a por el partido y clasificarse para la final. Eran los de Rijkaard los que más jugaban, los que se hicieron con el partido en cuanto Deco acompañó a Messi y cuando aparecieron un poco más Iniesta y Xavi.

Salvó Van der Sar una gran acción de Messi (m.20), una combinación entre Iniesta, Eto´o y Deco finalizó por encima de la meta del United (m.34) y otra vez Deco tuvo el empate en un tiro que salió junto al poste izquierdo (m.37). Durante esos minutos se vio el mejor Barça en mucho tiempo.

Mucha peor pinta tuvo para los azulgrana el cuarto de hora inicial del segundo tiempo. Ahogó el Manchester con un juego directo, especialmente por la izquierda con Park y Evra. Cristiano Ronaldo asumió su papel de líder y Tévez, `el apache´, impuso su físico en acciones que salvó Víctor Valdés (m.57).

Puso en juego Rijkaard a Henry por Iniesta en el 60, le dio otra vuelta de tuerca más a su alineación con la entrada de Bojan por Eto´o. Ya no había más cera para arder. Sintió el Manchester la presión del Barça, pero el equipo azulgrana estaba derrengado, exhausto y con pocas ideas.

Old Trafford no supondrá únicamente el adiós europeo del equipo de Frank Rijkaard, sino que se adivinan daños colaterales: el final de un ciclo, un cambio en el banquillo, la llegada de nuevos jugadores, renovar la ilusión o, como diría Joan Laporta, poner de nuevo en marcha el `círculo virtuoso´, que se detuvo ya hace dos años, sin que nadie hiciera nada para arreglarlo.