El desencuentro entre Quincy Owusu y el Celta vivió ayer un nuevo y desgradable episodio. El club vigués ha abierto expediente disciplinario al internacional ghanés por ausentarse sin justificación del entrenamiento celebrado ayer por el equipo en A Madroa antes de viajar a Tarragona para enfrentarse al Nástic.

Quincy no compareció en la sesión preparatoria y estuvo en paradero desconocido hasta media tarde -el Celta no precisa la hora exacta- cuando él mismo se puso en contacto telefónico con club. El club no ha dado a conocer qué razones ha dado el futbolista para explicar su ausencia y se ha limitado a señalar que al jugador se le ha incoado un expediente disciplinario que se resolverá en los próximos días.

En tanto no se resuelve el procedimiento, Quincy continuará entrenándose normalmente con el resto de de sus compañeros. "Es un futbolista de la primera plantilla y tiene que cumplir con sus obligaciones", indicó un portavoz del Celta, que no precisó a qué tipo de castigo se enfrenta el jugador.

Fue el técnico, Antonio López, el que informó de la incomparecencia de Quincy a la conclusión del entrenamiento, celebrado a puerta cerrada. "Ha faltado y no sé cuáles son los motivos porque he hecho algunas llamadas y no he podido contactar con él. No sé si le ha pasado algo, no tenemos ninguna constancia. No sabemos nada de él".

El médico primero y posteriormente el club trataron sin éxito ponerse en contacto con Quincy a lo largo de la mañana. No se supo nada de él hasta que el propio jugador dio señales de vida por la tarde, cuando sus compañeros volaban hacia Tarragona.

El Celta no aclaró si el futbolista se encontraba ayer en Vigo -se apuntó la posibilidad de que hubiese viajado al Reino Unido, donde reside su novia- y no tiene previsto realizar ninguna otra manifestación al respecto hasta que se resuelva el expediente.

Historia de un desencuentro

El desencuentro entre Quincy y el Celta se inició al poco de regresar el jugador de la Copa de África. El ghanés (fichado en verano como holandés) fue una de las contrataciones estrella del Celta en verano aunque su participación en la vida competitiva del equipo no cobró importancia hasta la llegada de Juan Ramón López Caro al banquillo. Al cabo de unos partidos, el centrocampista se convirtió en una pieza clave en el esquema del técnico céltico y en diciembre, poco antes de ser convocado por Ghana para la Copa África, era poco menos que indispensable.

Quincy permaneció en Ghana (que era la anfitriona del torneo) hasta mediados de febrero y regresó a la ciudad tras obtener con su selección un meritorio tercer puesto. Su rendimiento, sin embargo, cayó en picado y a ello pudo no ser ajeno el hecho de que el Celta sufriese en su ausencia varios reveses consecutivos. Pero el verdadero deterioro de la relación entre Quincy y el Celta se produjo tras la destitución de López Caro y la llegada de Antonio López al banquillo. El cordobés lo excluyó del equipo por falta de compromiso y flojera en los entrenamientos, el jugador replicó negando la mayor y acusando al técnico de marginarle y López contrareplicó señalando que Quincy no cumplía con los parámetros mínimos de comportamiento. Este nuevo episodio de rebeldía y absentismo carga de razones al técnico.