El escolta catalán, quien hoy dio una rueda de prensa en Barcelona para explicar cómo ha vivido su debut en la liga profesional estadounidense, ha recordado que se marchó a la NBA con la intención de "hacer una buena temporada y conseguir un buen contrato, con más años de duración y también más dinero", y que ese sigue siendo su principal objetivo.

Navarro se fue a Memphis con un contrato de un año y cobrando el salario mínimo (unos 550.000 dólares). "Allí me han dicho que están contentos conmigo, pero que tienen que esperar a ver cómo va el 'draft' (sorteo que designa el orden de elección de los jugadores para la próxima temporada) antes de tomar una decisión".

Al todavía jugador de los Grizzlies -tiene contrato hasta el 30 de junio- no le importaría seguir en el equipo de Tennessee, aunque espera "tener algunas buenas ofertas este verano", después de jugar todos los partidos de la fase regular y firmar 10,9 puntos de promedio en su primer temporada en la mejor liga del mundo.

"Estoy muy contento porque ha sido una experiencia muy positiva.

Fui allí con la intención de jugar minutos y poder mostrarme y creo que he conseguido el respeto de los jugadores y también de los equipos. Ahora hay que esperar a ver lo que llega y estudiar qué opciones tenemos", ha comentado.

Juan Carlos Navarro ha dicho que sólo conoce del posible interés del Barça "por lo que ha salido en los periódicos" y que nadie del club azulgrana se ha dirigido a él para hacerle una oferta. "Ahora mismo es algo que ni me planteo", ha asegurado sobre la entidad catalana, a la que todavía adeuda 3 millones de euros de su cláusula de rescisión.

En cualquier caso, 'la Bomba' no se arrepiente de la decisión que tomó el pasado verano de cruzar el charco para medirse a los mejores jugadores del planeta. "He podido jugar un All-Star (participó en el partido de los novatos) y me he quedado a sólo dos triples de batir el récord de histórico de un jugador en su primer año (en poder Kerry Kittles, quien logró 158 con los Nets hace once temporadas)".

La búsqueda de ese récord le ha traído de cabeza en el último mes y medio de competición, "todo el mundo hablaba de ello y al final me pudo un poco la presión", y tampoco ha llevado bien eso de "perder tanto partidos sin que pasara nada", pero espera tomarse la revancha la próxima temporada.

De la aventura americana, que no da ni mucho menos por finalizada, lo que más le ha costado es el idioma, "hasta mis hijas hablan mejor inglés que yo", aunque su familia asimiló a la perfección su nuevo estilo de vida y él no ha tenido excesivos problemas para adaptarse a su nuevo equipo.

"La verdad es que he tenido mucha suerte con los compañeros.

Quizá haya sido por la protección de Pau (su amigo Gasol, que dejó la franquicia a mitad de temporada para fichar por los Lakers), pero nunca sentí que me trataran como un novato. Creo que me he sentido más 'rookie' dentro que fuera de la pista".

De la NBA destaca que se juega un baloncesto "de mucho uno contra uno y pocas jugadas de equipo" y, sobre todo, el inmenso poderío físico de algunas de sus estrellas. "Kobe Bryant, Dwight Howard, Chris Paul, Lebron James... Hay diez o quince jugadores que destacan sobre el resto".