El Celta tendrá que afrontar su futuro inmediato sin un nuevo convenio sobre Balaídos. Los planes del club chocan con los del Concello, pues éste cree que hasta después del verano no podrán abordarse las negociaciones de mejora de las condiciones de explotación de la instalación deportiva. La herramienta sobre la que girarán las conversaciones será el plan de viabilidad para la reforma del estadio, que ahora mismo se encuentra en pleno proceso de elaboración.

Sin este documento, que fijará los costes de las obras de reforma a acometer en Balaídos y las posibles vías de financiación, las autoridades locales no quieren sentarse a hablar con el Celta de la ampliación del contrato de arrendamiento que expira en el año 2014.

Sin embargo, en el club se mantienen a la espera de una respuesta de los responsables municipales para abordar la planificación del equipo para la próxima temporada, después de asumir que el ascenso a Primera División tendrá que esperar a una mejor ocasión. Inmerso en graves problemas económicos, el Celta busca en la renovación del acuerdo de explotación de Balaídos una vía de solución para renegociar la deuda con Caixanova y con Hacienda. Solucionadas las urgencias económicas, la entidad podría encarar la renovación de la plantilla.

Desde la tenencia de alcaldía que dirige Santiago Domínguez Olveira aseguraban ayer que hasta después del verano no podrá conocerse el estudio de reforma de Balaídos, cuyos trabajos se iniciaron en febrero. Será a partir de ese documento, insistieron, cuando se puedan iniciar las negociaciones con el club respecto al convenio del estadio. "En ese marco se replantearán las relaciones con el Celta, no antes", apuntaron desde el Concello.

La entidad que preside Carlos Mouriño pretende que el Ayuntamiento amplíe hasta 2028 el acuerdo de usufructo de Balaídos, con el que podrá renegociar la deuda con sus dos principales acreedores. Evitaría, además, la posibilidad de que el club tuviese que afrontar un proceso concursal al no poder hacer frente a una deuda que en diciembre pasado ascendía a 84 millones de euros brutos.

Ahora, el Celta ha de buscar otra salida para encarar su futuro económico, así como la próxima temporada de competición.