El presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), Max Mosley, defiendió ayer su derecho a tener una vida privada "excéntrica" y afirma que el reciente escándalo sexual no tiene por qué costarle el cargo.

En una entrevista que publica el dominical "The Sunday Times", Mosley explica por qué debería permitírsele completar su mandato al frente de la FIA, dice que sus preferencias sexuales son asunto privado y asegura que no arrojará la toalla.

Varias asociaciones de automovilismo, entre ellas la neozelandesa y la canadiense, se han sumado a las peticiones de personalidades de ese deporte para que Mosley dimita tras la emisión de un vídeo sobre una orgía sexual de connotaciones nazis en la que tomó parte.

El escándalo lo destapó el dominical británico "News of the World", que tituló así la información: "Jefe de la Fórmula 1, en orgía enferma de tipo nazi con cinco prostitutas".

Mosley, hijo del líder fascista británico Sir Oswald Mosley, insiste en que no hubo connotaciones nazis en la citada orgía, que tuvo lugar en un piso londinense, y acusa al tabloide de invasión de su privacidad y de ataque "deliberado y a sangre fría" contra su persona.

El presidente de la FIA ha demandado al tabloide sensacionalista y reclama una importante suma en concepto de daños y perjuicios.

En su entrevista con "The Daily Telegraph", Mosley reconoce su afición a las prácticas sexuales sadomasoquistas, pero afirma que la orgía era legal, no perjudicó a nadie y, sobre todo, tenía carácter privado.

"Creo que la mayoría de los adultos estaría de acuerdo en que lo que ocurra en ese terreno, siempre que no perjudique a nadie, que sea consensual, entre adultos, y tenga carácter privado, sólo concierne a los directamente implicados", afirma el presidente de la FIA.

Según Mosley, que está casado y tiene dos hijos adultos, la publicación de la noticia ha sido "tremendamente turbadora" para toda su familia.

Las revelaciones sobre la vida sexual de Mosley han dividido al mundo de la Fórmula Uno.

El propio Mosley dice estar recibiendo una mayoría de cartas de apoyo, pero muchos dirigentes del motor y del mundo de las carreras, entre ellos el ex triple campeón de Fórmula 1 Jackie Stewart, han reclamado su dimisión.

Mosley, de 68 años y abogado de formación, afirma, sin embargo, que quiere acabar su mandato para dimitir voluntariamente en el 2009 tras dieciséis años al frente de la FIA.

Su futuro se decidirá el próximo 3 de junio en la asamblea general de la FIA en la capital francesa, a la que quiere dirigir unas palabras.

"Si deciden que continúe lo haré. En caso contrario, como es obvio, no seguiré", explica Mosley, según el cual el Reino Unido necesita nuevas leyes para proteger a las personas de la invasión de su privacidad.