El eterno optimista. Así habría que llamar a Vitolo, para quien el Celta tiene la obligación de pelear por el ascenso porque considera que aún está a su alcance: faltan nueve jornadas por disputar y al cuadro vigués le separan ocho puntos del tercer puesto, que ahora ocupa el Sporting de Gijón. Incluso va más allá y no descarta alcanzar la segunda plaza, propiedad del Málaga, porque insiste que la recta final del campeonato está muy igualada y los que van en cabeza, excepto el Numancia, fallan más de lo debido. De hecho, de los once encuentros disputados el pasado fin de semana, seis concluyeron con empate.

"Esto aún se puede arreglar", insistió ayer el centrocampista tinerfeño que el sábado volvió a sentirse útil para un equipo en el que, como señaló, primero fue titular indiscutible y en las últimas ocho jornadas desapareció de las alineaciones. Por este motivo, admitió no estar "contento", pero prometió que seguirá comprometiéndose con el proyecto céltico hasta el final. De hecho, dijo que se considera "mejor profesional que futbolista".

En cuanto a la corriente de pesimismo que se instaló en la mayor parte del club y de la afición, Vitolo se proclama un discrepante absoluto. Y para él carece de importancia no compartir el pesimismo, por ejemplo, de Carlos Mouriño: "La opinión del presidente no tiene por qué ser la de todo el mundo", y se pregunta qué objetivo tendrían los jugadores hasta el final de la Liga si descartan las opciones de ascenso que le quedan matemáticamente al Celta cuando restan por jugarse 27 puntos.

Según Vitolo, "el equipo tiene en mente que aún se puede conseguir" el objetivo que se marcó el club al comienzo de temporada y que con el empate ante la Real Sociedad se desaprovechó "otra bonita oportunidad". Insistió que los rivales "también están pinchando" y que la competición "está demostrando que los de arriba no están fuertes y rocosos" como se esperaba. Sobre su futuro insiste:"Peleo por seguir en el Celta".