Juan José Lahuerta / Getafe

Los nubarrones que sobrevolaban la Ciudad Deportiva del Getafe estallaron y mojaron sin piedad el césped del campo de entrenamiento del equipo madrileño. En un acto cruel, la tempestad, tras la terrible eliminación de la UEFA, no dio tregua en el peor día de resaca de la historia del club.

A cuentagotas, los jugadores del conjunto azulón fueron haciendo acto de presencia en el entrenamiento preparado por Laudrup. Redondo y avilán aparecían con cara de tristeza. "Aquí estamos, aguantando", decía Gavilán antes de pisar el césped.

Sin embargo, los futbolistas que casi eliminan al Bayern en un partido épico no estaban solos. Múltiples aficionados se encargaron de levantar la moral a su ídolos con gritos de ánimo.

Tras la charla de Laudrup, comenzó la carrera alrededor del campo. Al principio, los futbolistas, algo cabizbajos, completaban las vueltas sin demasiada pasión. Después, la hinchada comenzó a aplaudir a sus ídolos cada vez que pasaban por delante del graderío. Las cabezas comenzaron a elevarse. Todos miraban ya al frente, arropados por el cariño de los valientes que desafiaron al frío para animar a los héroes del Coliseum.

Unos obreros, subidos a una excavadora, fueron los primeros en romper el silencio: "¡¡Sois los mejores!! ¡¡Nadie tiene más cojones que vosotros!!¡¡Arriba esos ánimos, el miércoles ganáis la Copa!!", gritaban.

El siguiente objetivo fue el Abbondanzieri. El argentino erró en el segundo gol del Bayern. Ayer, nadie se lo recordaba y fue acogido con aplausos.