La final a cuatro disputada en Praga de hace dos años, en la que cayó en semifinales a manos del CSKA, es la mayor gesta europea que se le recuerda al conjunto azulgrana desde que ganara su primera y única Copa de Europa en el Palau Sant Jordi de Barcelona hace ahora un lustro.

El conjunto catalán, un asiduo a este tipo de citas (suma nueve participaciones desde que primero la FIBA y luego la ULEB optaron por el formato de 'Final-Four), tenía ayer la posibilidad de volver a clasificarse entre los cuatro mejores equipos del Viejo Continente, pero el Maccabi fue mucho Maccabi y el infierno de Tel Aviv un escollo insalvable (88-75) para los hombres de Xavi Pascual.

El Barça, que hace casi 17 años que no gana en La Mano de Elías, la durísima pista israelí rebautizada ahora como Nokia Arena y donde sólo ha vencido al Maccabi en cuatro de doce ocasiones, confirmó en territorio hebreo que, a día de hoy, se encuentra un peldaño por debajo de los mejores equipos europeos. Todo ello pese a que sigue estando en el 'top-5' en cuanto a presupuesto (22 millones de euros para esta temporada).

Sin embargo, tener mucho dinero no sirve de nada si no sabes gastarlo y el AXA Barcelona que lidera Zoran Savic como secretario técnico hace tiempo que no destaca por ser un equipo que vende bien y compra mejor, sino más bien lo contrario.

Esta temporada, sin ir más lejos, el conjunto azulgrana dejó escapar a Rodrigo de la Fuente y Michalis Kakiouzis y 'regalo' a su jugador franquicia, Juan Carlos Navarro, por 3 millones de euros pagados en cómodos plazos.

'La Bomba' se fue a la NBA a cambio de hacerse cargo de esa cantidad -cuando su cláusula de rescisión era de 10 millones- y los Grizzlies de Memphis le abrieron las puertas de par en par.

Lo que llegó, sin embargo, no ha demostrado ser mejor que lo que se ha ido y quizá Dusko Ivanovic tenía razón cuando el día antes de ser despedido dijo que no podía hacer más con la plantilla que le habían dejado.

Alex Acker, que además llegó lesionado, ha resultado ser un fiasco como sustituto de Navarro, Ersan Ilyasova, que aterrizó como una de las grandes promesas del baloncesto europeo, de momento sigue siendo sólo eso, y la llegada de Gary Neal a mitad de temporada para reforzar el juego de perímetro no ha aportado absolutamente nada.

Sólo Pepe Sánchez ha cumplido, sin estridencias, con las expectativas.

Entre los que ya estaban, Fran Vázquez y Mario Kasun continúan sin explotar, Gianluca Basile ha seguido dando una de cal y otra de arena y, para colmo de males, Jaka Lakovic, el jugador con más talento de este grupo, no ha sido capaz de mantener el nivel de la pasada temporada. Los de casa, Roger Grimau y Jordi Trias, han sido, en muchas ocasiones, los encargados de tirar del carro.

Es cierto que con la destitución de Ivanovic y el ascenso de Pascual -su segundo- como máximo responsable del equipo, el AXA Barça ha jugado más cómodo, más confiado y menos miedoso, pero este equipo, aún demostrando buena actitud, alcanza para lo que alcanza: para superar el 'top-16' (sufriendo hasta el último minuto en el Palau ante el CSKA). Porque creer que pueden lograrse cotas mayores mayores es tan poco fiable como el rendimiento que ha demostrado el equipo.

Lo peor de todo es que el Barcelona, un histórico de baloncesto europeo, un asiduo invitado a la 'Final-Four', un clásico de la Euroliga, quizá no tenga la próxima temporada la oportunidad de redimirse en esta competición.

De los cuatro plazas que la ULEB concede a los equipos españoles, TAU y Unicaja las tiene adjudicadas por contrato y el Real Madrid está a punto de conseguir la tercera como primero de la fase regular de la Liga. La cosa empieza a complicarse para el conjunto azulgrana.