Grupos de aficionados ovacionaron e hicieron ondear coloridas banderas mientras la autoridad olímpica china transportaba la llama en una antorcha que bajó de un avión tras aterrizar en Alma Ata, una ciudad en medio de las montañas de Tien Shan, a unos 500 kilómetros al este de China.

Un grupo de mujeres ataviadas con tradicionales vestidos kazajos y sombreros con penachos de plumas recibieron con flores a la delegación, formada por Jiang Xiaoyu, vicepresidente del comité organizador de los Juegos, y otras autoridades.

Se trata de la primera parada en un recorrido internacional de 130 días y Kazajistán lo ha vivido como un momento de orgullo nacional, en momentos en los que este país productor de petróleo pretende elevar su perfil en el mundo y convertirse en un actor importante en la región.

En la ceremonia de encendido de la llama, la semana pasada en Grecia, activistas mostraron pancartas condenando la actuación de China en materia de Derechos Humanos y el domingo un reducido número de manifestantes intentaron detener el traspaso de la llama a las autoridades de Pekín.

Decidido a evitar cualquier signo de disturbios, el Gobierno de Kazajistán desplegó 4.500 policías para patrullar las calles de Alma Ata, una tranquila ciudad construida por los soviéticos y ahora un próspero centro financiero.

Kazajistán, también objeto de críticas por parte de países occidentales por el estado de los Derechos Humanos en el país, rendirá homenaje a la llama mañana, miércoles, en una ostentosa ceremonia en las montañas al sur de Alma Ata. Se espera que asistan el presidente, Nursultan Nazarbayev, y altos cargos gubernamentales y de la industria.

Tanto las autoridades kazajas como los medios locales consideran que el paso por este territorio de la antorcha es un símbolo del reconocimiento mundial a los logros de Kazajistán. "Alma Ata estuvo alguna vez en la Gran Ruta de la Seda, uniendo Asia y Europa", destacó Imangali Tasmagambetov, alcalde de Alma Ata, quien añadió que "la gente de Kazajistán y de Alma Ata en particular está muy orgullosa".

Se prevé que la llama olímpica llegue a Pekín el próximo 6 de agosto después de haber atravesado China y dos días antes de la ceremonia de inauguración de los Juegos.