"Soy consciente de los riesgos, pero lo voy a intentarlo todo para volver a jugar y perforar redes", dijo el delantero del equipo alemán Werder al diario Jutarnji list.

El riñón trasplantado el día 16 de marzo en Hannover (Alemania) está situado en el hueco estomacal y por lo tanto está más expuesto a golpes, que en el mundo del fútbol podrían ser frecuentes.

"El ortopeda me va a construir una protección especial para la parte del cuerpo donde está mi nuevo riñón. No sé exactamente como será y si la llevaré por debajo de la camiseta, pero estoy seguro que no me impedirá dar alegrías a los aficionados", comentó.

"Creo que volveré a jugar bien al fútbol", agregó el jugador, tras afirmar que su proceso de recuperación está transcurriendo con normalidad y que dentro de dos semanas podría comenzar los primeros entrenamientos en la piscina y el gimnasio.