CELTA

Escaso botín

Julio Bernardo

ENVIADO ESPECIAL A bilbao

ATHLETIC 1 - CELTA 1

ATHLETIC

Aranzubia, Expósito, (Tiko), Murillo, Prieto, Lacruz, Orbaiz, Gurpegui, (Ibon Gutiérrez), Iraola, Yeste, Dañobeitia, (Llorente), Urzaiz.

CELTA

Pinto, Ángel, Sergio, (Méndez), Lequi, José Enrique, Oubiña, Iriney, Núñez, Canobbio, (De Ridder), Silva, Javi Guerrero, (Jonathan).

Goles

1-0 Minuto 24: Gurpegui aprovecha un mal despeje de Lequie en el área céltica para batir a Pinto. 1-1 Minuto 58: Ángel remata a bocajarro un excelente servicio de Silva, que se cuela por el lateral del área entre Expósito y Murillo.

Árbitro

Undiano Mallenco (comité navarro)

incidencias

Casi lleno en San Mamés (unos 38.000 espectadores.). Encuentro de la novena jornada de Liga. Noche calurosa. Terreno de juego en buenas condiciones.

La fortuna no siempre sonríe a los audaces, como reza el latinajo. El Celta hizo ayer todo para ganar un partido en circunstancias adversas y tuvo que conformarse con un punto que no colma las expectativas de un juego por momentos brillante y casi siempre ambicioso. El equipo de Vázquez se sobrepuso con entereza a la desgracia que le persiguió en la primera parte, superó sin inmutarse la enconada hostilidad de San Mamés y acabó empatando un partido en el que hizo todo lo necesario para ganar.

El Celta no se dejó impresionar por el ambiente. Aunque el Athletic había tocado a rebato para movilizar a su gente en ayuda del equipo y San Mamés hostigó sin tregua casi desde antes de iniciarse el choque, el grupo de Vázquez se plantó con decisión y trató de presionar la salida de la pelota del rival con la defensa adelantarda y parecía controlar el partido con relativa comodidad buscando que la ansiedad hiciese mella en su deprimido rival. Pudo incluso darle una dentellada en una astuta combinación entre Canobbio, que reaparecía como titular, y Silva que concluyó con un mano a mano ante Aranzubia que el canario dilapidó de forma incomprensible. Luego todo se torció: Javi Guerrero, el único punta nato disponible, se lesionaba tras recibir un balonazo en la cara y acto seguido el Athletic golpeó a los celestes en la línea de flotación aprovechando un error en el despeje entre los dos centrales para batir a Pinto. Y el infortunio no se detuvo. Poco después Sergio caía conmocionado en un choque con Pinto en el área pequeña. Apenas había transcurrido media hora y Vázquez había agotado ya dos cambios (Jonathan suplió a Guerrero y Méndez a Sergio) con el marcador en contra. Pero además Fernando Vázquez había sentado en la grada (aparentemente por decisión técnica) a Jorge y a Gustavo López dejando al equipo romo.

Ante tal cúmulo de fatalidades, el Celta se encomendó a la creatividad de Canobbio y Silva y trató de hostigar al rival con sus mismas armas, esto es, con la pelota controlada. El disciplinado equipo de Mendilibar, que se jugaba el pellejo en el envite, logró sin embargo contrarrestar sin demasiados apuros cada uno de los tímidos embates de los celestes.

Ambición

Pero el Celta no se rindió a su suerte y nada más reanudarse el partido se tiró al cuello de su adversario. Jonathan, brillante en su improvisado papel de delantero centro, estrelló un balón en el larguero aprovechando un despiste de los centrales y casi a continuación Núñez no llegó por muy poco a un gran servicio de Canobbio al segundo palo. Una vez más la fortuna se mostraba esquiva con los de Balaídos, que sin embargo mostraban una audacia y un talante muy distinto a la indolente actitud exhibida el miércoles en Son Moix.

El Celta puso, de hecho, cerco a la meta de Aranzubia y enseguida obtuvo premio a su ambición tras una extraordinaria jugada de Silva. El pequeño talento canario se coló por el lateral del área serpenteando entre Expósito y Murillo, puso el balón en el área pequeña y Ángel, que llegaba desde atrás, descerrajó un tiro en la sien al portero del Athletic.

Cada vez más desconcertado, el equipo vasco seguía intentándolo a balón parado pero para entonces el Celta era ya dueño del partido. Bien pertrechado en su campo el Celta robaba la pelota y salía a la contra con ingenio. Canobbio, que con el paso de los minutos fue acusando la inactividad, desperdició otro mano a mano frente a Aranzubia tras una contra espléndidamente conducida por Silva. Vázquez retiró entonces al uruguayo para dar entrada al holandés De Ridder, que se situó como delantero centro por delante de una tripleta ofensiva con Jonathan (ahora en la izquierda) Silva y Núñez. En los estertores del choque, Mendilibar también quemó sus naves (entraron Llorente y Tiko) pero sus embestidas fueron más viscerales que aguzadas. Un empate, en fin, que sabe a poco.

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