El buen samaritano

Juan Carlos Álvarez / vigo

El Celta va camino de ser considerado el equipo más bondadoso del campeonato. Cuesta ver en el fútbol actual tanta inocencia, semejante carga de bisoñez. El Mallorca, que llegaba angustiado y rozando la indigencia futbolística, no podía ni imaginar que el Celta le iba a regalar una noche tan plácida. Se esperaban para una guerra y resulta que les llegó con media ocasión para derrumbar a un Celta que ofrece signos contradictorios en este arranque de campeonato. A veces parece que está preparado para peleas de gran calado y en otros momentos se comporta como un mal aspirante a salvar la categoría. Ayer ofreció una imagen triste, casi expeluznante. Cúper seguro que sabe cómo agradecérselo.

Falta de ambición

El Celta salió a ver qué tal noche hacía en Son Moix. Sin más. Prefirieron medir a distancia la angustia del Mallorca sin lanzarse de verdad a por el equipo de Cúper. Era como si en su cabeza estuviesen convencidos de que acabarían derrumbándose por la presión de la clasificación y de la grada. Lo que sucede es que para que algo se caiga hay que procurar empujarlo y el Celta se limitó a practicar ese juego inútil que consiste en llevar el balón de un lado a otro, dársela al portero de vez en cuando y acercarse lo menos posible al área rival. Y eso que el Mallorca le avisaba a gritos de que se caerían a la primera embestida, pero ni por esas. El Celta se pasó el día esperando a que la victoria le cayera del cielo y lo que al final se encontró fue un gol en contra y la derrota.

La soledad de Perera

Es complicado no acordarse de Baiano pese a que Perera trabaja y siempre deja detalles para creer en él. Pero es un jugador diferente al brasileño, de los que necesitan compañía y de los que les cuesta retener el balón y esperar la llegada de refuerzos. Vázquez insiste y está idea está clara que no produce grandes cosas.

El gol en contra

Tal era la desidia del Celta que acabaron con tragarse un centro absurdo, un mal despeje que terminó con un gran remate de Doni. El equipo de Vázquez recordó que había que atacar, pero siguió haciéndolo con poca gente y de forma desordenada. El árbitro echó a Contreras y aún así Vázquez prefirió sacar del campo a Jorge por Lequi para que la línea de atrás no se rompiese. Extraña forma de buscar el gol. A lo mejor esperaban que el Mallorca se marcase el empate. Son malos, pero no tanto.

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