TENIS

Nadal se aferra a la épica para conquistar el título

Miguel Luengo / madrid

Rafael Nadal rugió como nunca, jugó fiel a su estilo, con garra y casta, y logró su primer título en pista cubierta, el cuarto Masters Series de la temporada y el undécimo título, con lo que se igualó con el suizo Roger Federer al imponerse en la final de Madrid al croata Ivan Ljubicic por 3-6, 2-6, 6-3, 6-4 y 7-6 (3). Nadal ya había superado en semifinales las 77 victorias de Roger Federer esta temporada (ahora cuenta con 79), y necesitaba un título más para igualar con el helvético los cuatro Masters Series (Montecarlo, Roma y Montreal) y los 11 que el suizo lleva en su bolsillo.

Madrid era la cita indicada para todo ello, y para convertirse en el segundo español ganador del torneo (Juan Carlos Ferrero en el 2003). Lo logró en tres horas y 51 minutos.

Nadal, además, quiere refrendar la credibilidad de su juego. Está fuera de duda que es el mejor en tierra batida y lo ha demostrado en Roland Garros, y que es capaz de ganar en superficie dura. Su victoria fue a su manera, a lo Nadal. No tan agónica como la de la final de Roma ante el argentino Guillermo Coria, de cinco horas y cuarto, pero igual de emotiva o quizás más, porque visto los dos primeros sets en los que Ljubicic soltó su magia, apareció el zurdo español más conocido para cambiar un signo que parecía maldito.

Nadal prosigue así su racha. Lleva nueve finales ganadas desde que perdió contra Federer en Miami y se acerca al sueco Mats Wilander, el último jovencito que encadenó mayor número de victorias seguidas, 82 en 1983.

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