Volvo Ocean Race

Un barco para olvidar el fútbol

Marcos Quintas / sanxenxo

La Volvo Ocean Race ya tiene en Sanxenxo a un nuevo integrante de la familia de la Vuelta al Mundo a Vela. El "Brasil 1" se presentó ayer en sociedad como un proyecto para el "orgullo de un país" según sus integrantes, entre los que se encuentra el regatista coruñés Chuny Bermúdez, subcampeón en la anterior edición con el "Assa Abloy" y que se suma "muy contento" a este equipo como caña. Al mando de este Volvo Open 70 está el patrón Torben Grael, el máximo medallista olímpico de su país y también del deporte de la vela, que no tiene más que elogios para el resto de sus compañeros: "Hemos conseguido un equipo con mucha experiencia en la vela olímpica y también en la Volvo".

Esta aventura, inédita en la historia del país sudamericano, se fraguó desde el principio como un barco hecho por brasileños para demostrar su potencial deportivo más allá del fútbol. Por este motivo, pese a que el diseño es obra del afamado Bruce Farr, su construcción se realizó íntegramente en un astillero de Sao Paulo. "Construir el barco en Brasil fue otro desafío aparte. Los recursos no son como los que hay en los mejores astilleros del mundo. Pero decidimos hacerlo allí para representar mejor a Brasil y que los brasileños lo viviesen más", explica Alain Adler, el director del proyecto.

El resultado es una barco que nada tiene que envidiar a sus rivales y que partirá de Vigo con tantas opciones de victoria como el resto, así lo expresa Chuny Bermúdez: "No somos favoritos porque tampoco nadie lo es. Hay gente muy buena en equipos muy buenos. Va a ser una competición muy dura".

Adaptación

Según los componentes, la adaptación, tanto del barco al agua como del equipo entre sí, está fuera de toda duda. El "Brasil 1" se bautizó el 23 de junio y pasó una de sus primeras pruebas de fuego al traerlo en navegación desde el Cono Sur hasta las Rías Baixas. Durante los días que restan para que dé la salida la competición se ultimarán algunos detalles y se medirán fuerzas entrenando con otros equipos. El acoplamiento de la tripulación, en la que se cuentan seis nacionalidades distintas, es total. No hace falta más que observar el ambiente relajado que se respira en ella. "La Volvo la vivo como un brasileño más", dice Chuny.

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