M. González / vigo
Semanas después de proclamarse campeón de Europa de K-1 200, Carlos Pérez cumplió los pronósticos y se adjudicó el oro en la final de K-1 200 en Zagreb. Un título mundial que le permite afrontar el futuro con ilusión para continuar su preparación para los Juegos de 2008 en Pekín.
-¿Una medalla previsible?
-Yo no diría tanto. La verdad es que es una medalla que me quita el mal trago de la final de la mañana, en 500. A mí se me da mucho mejor remar por la tarde y afortunadamente pude mejorar mi actuación.
-¿Ha notado muchas diferencias con respecto al reciente Europeo?
-Ya sabía que iban a ser dos finales muy ajustadas y que este año las medallas iban a estar muy caras. El nivel es cada vez mayor. Para el Mundial llegué mucho más entrenado porque habíamos planificado la temporada para llegar a tope al Mundial.
-Parece que a la delegación española no se le están dando del todo bien las distancias olímpicas.
-Por suerte, en 500 fui octavo y podré conservar la beca ADO, lo que me permitirá seguir entrenándome con más tranquilidad. Yo para este Mundial no preparé los 200, sino el 500, pero estamos trabajando bien y los resultados llegarán pronto.