Es un muro igual de insalvable para los delanteros que para las personajas ajenas al vestuario céltico. Contreras quiere mantener la solidez futbolística, pero abrirse más fuera del campo.

-Sigue siendo un gran desconocido de puertas afuera.

-Me estoy acostumbrando a que la mayoría me lo diga. Puede ser por mi forma de ser, por lo que poco que he podido hablar con la prensa en este tiempo. Espero que cambie paso a paso.

-En el vestuario no es tan hermético.

-Me cuesta más expresarme con gente con la que no acostumbro a estar todo el día. Con mis compañeros tengo más confianza. Hay mayor diálogo. No es que tenga un problema con la prensa.

-¿Y eso no puede haberle pasado factura?

-Seguramente. No sólo acá, también en mi país. No he sabido explotar mi imagen. Tampoco soy un veterano. Debo ir aprendiendo y tal vez pueda revertirlo.

-En el pasado hubo polémicas, como su implicación en dos supuestas juergas en hoteles. Y siempre mantuvo ese silencio.

-Nunca salí en mi defensa, pero estaba demasiado tranquilo conmigo y con mi familia. No necesitaba desmentir lo que se decía. Forma parte del pasado. Sé que quedó como una mancha que nunca aclaré. He dado vuelta a la hoja. De ahora en adelante espero que todo sea positivo.

-Parece además que puede lograr estabilidad en el Celta.

-Cuando vine, no pensaba que iba a ir tantas veces cedido a otros equipos. Osasuna y el Sporting de Lisboa fueron grandes experiencias. No descarté la posibilidad de seguir haciéndolo. Pero es cierto que quería demostrar al Celta que podía ser útil. Ellos confiaban en mí cuando se hicieron con mis servicios. No lo había podido retribuir al club hasta la temporada pasada. Espero seguir haciéndolo.

-Su condición inicial de extracomunitario, tras aquellos problemas en Francia con su pasaporte, influyó.

-Son cosas que fastidian por el hecho de estar cambiando temporada tras temporada. Pero después lo entiendes. Cuando llegué, puede decirse que era el sexto extranjero. Lo asumí como eso, no como si fuese inferior a mis compañeros. Otros equipos me dieron la oportunidad, la aproveché y cuando llegó la posibilidad en el Celta, también. Después adquirí la nacionalidad española, lo que me facilitó mucho las cosas.

-Al fin la pasada temporada se vio su nivel.

-El entrenador creyó en mí y pude adquirir esa confianza también a nivel colectivo, con los compañeros, directiva y técnicos.

-¿Es una de las claves de su mejoría la adquisición de experiencia? Porque antes usted tomaba riesgos innecesarios en una posición tan sobre el alambre como la defensa.

-Incluso antes era peor. Cuando comencé en el fútbol cometí bastantes errores por el exceso de confianza. Vas aprendiendo, sabes cuando sí y cuando no. Soy joven, hago más por aprender y ojalá en un futuro, o ya presente, no cometa esa clase de fallos.

-A veces incluso se le nota refrenando sus impulsos de subir al ataque. Lotina lo llegó a emplear como delantero.

-Es que jugué como delantero hasta los 17 años. Siempre tuve esa inclinación ofensiva. Ahora hay que ir frenándose más por las características del equipo. El técnico te pide que preferentemente te ocupes de lo tuyo. De vez en cuando el partido te permite ir al ataque y lo hago. Lo que pasa es que también tienes que regresar rápido. Cuesta un poco.

-¿Fue arriesgado quedarse la pasada temporada en Segunda?

-Sí lo fue. Pero tomé la decisión convencido de que el Celta apostaría por ascender. Pude haber regresado a Lisboa. Conversé con el presidente y el entrenador. Pusimos las cartas sobre la mesa y apostamos por que me quedase. A Dios gracias salió bien.

-Un premio al que ahora se une la calidad de esta plantilla.

-Lo pasamos realmente mal la pasada temporada y no sólo nosotros, sino a nivel directivo, económico. La apuesta del Celta, con los fichajes que han traído, es claramente la permanencia. Después la ambición de los jugadores es llegar lo más arriba posible.

-Año importante para los internacionales por el Mundial, aunque Chile lo tiene difícil.

-Muy difícil. Tenemos ahora un partido en Brasil. Quedan nueve puntos en disputa. Rescatando cuatro, podríamos pelear por el quinto puesto.

-La selección es otra complicación para su carrera.

-A medida que pasa el tiempo, uno nota más el desgaste de los viajes. Había semanas en las que volvía a Vigo el día antes del partido. No me desagrada para nada. Soy feliz en la selección. Pero es cierto que cada vez lo noto más.