Estreno de cine

Llega 'Spider-Man: cruzando el multiverso': una apabullante obra de arte; un festival de luz, color y energía

Incorpora más héroes con poderes arácnidos y transcurre en más universos distintos de los que pueden ser explorados en una sola película

Una imagen de ’Spider-Man: cruzando el multiverso’.

Una imagen de ’Spider-Man: cruzando el multiverso’. / EPC

Nando Salvà

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Puntuación: ★★★★ 

Estreno: 2 de junio de 2023 

Directores: Joaquim Dos Santos, Kemp Powers, Justin Thompson 

Tratemos de pasar por alto que tanto esta película como su predecesora, ‘Spider-Man: Un nuevo universo’ (2018), contribuyen a popularizar un concepto -el multiverso- que invita a Hollywood a caer en varios de sus peores vicios. Porque, por lo demás, ambos títulos representan el más incontestable triunfo logrado hasta la fecha por el cine de superhéroes, porque encarnan una expansión de sus posibilidades narrativas suficiente para dejar en ridículo a casi todas las otras películas del género. 

Como era de esperar, es una película más grande que su precursora: incorpora más héroes -de diferentes especies- con poderes arácnidos, transcurre en más universos distintos de los que pueden ser explorados en una sola película -en realidad, es la primera parte de un díptico, que completará ‘Spider-Man: Beyond the Spider-verse’ (2024)- e incluye tantas referencias a cómics, películas, ‘cartoons’ y videojuegos que ni varias docenas de visionados bastarían para identificarlas todas. También mayor es su eclecticismo estético, en virtud de una animación que aúna y superpone numerosas técnicas y las adorna de toques lisérgicos, pantallas partidas y otros efectos visuales, y que adapta su forma al tono dramático de las escenas.

Una imagen de 'Spider-Man: cruzando el multiverso.

Una imagen de 'Spider-Man: cruzando el multiverso. / EPC

Entretanto, ‘Cruzando el multiverso’ ofrece una sucesión de coreografías de acción cada vez más creativas y deslumbrantes, rebosantes de luz, color y energía. Pero pese a ello, y al humor que en todo momento le da fuelle, la película siempre da prioridad a los dilemas emocionales de los personajes; y también encuentra tiempo para criticar las limitaciones narrativas del canon de las historias de superhéroes, y cuestionar esa idea según la que, a la hora de hacer ficción, hay que seguir parámetros cuya eficacia ya ha sido probada.   

Cierto, en su avance va perdiendo ímpetu, tanto por la sobrecarga que transporta -de tramas, de personajes, de momentos expositivos- como porque en el multiverso, dado que todo es posible, nada importa demasiado. Pero eso, en todo caso, no le impide ser una obra de arte formal y conceptualmente irreverente pero llena de psicología y sentimiento, que apabulla por su exhibición de conocimiento enciclopédico de la mitología del hombre araña pero aun así resulta del todo accesible, y que impresiona por igual entendida como ‘blockbuster’ y como acto de expresión creativa pura.

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