Novedad editorial

'Ciudad Victoria', el triunfo de las palabras de Salman Rushdie

El libro es el retrato de una utopía de un mundo de mujeres no sometidas al patriarcado ambientada en Vijayanagar, que existió en realidad entre los siglos XIV y XVI en el sur de India

Salman Rushdie.

Salman Rushdie.

Idoya Noain

“Todo lo que quiero está en mis palabras y las palabras son todo lo que necesito”. La frase es de Pampa Kampana, la protagonista de ‘Ciudad Victoria’, que la pronuncia en un momento en que esta “milagrera, profetisa y poetisa” ha perdido los ojos por un acto de castigo vengador. Es también la frase que salió de la mente de Salman Rushdie, el autor de la novela, que Random House pone a la venta este jueves en España.

Y aunque el libro fue escrito antes de que el novelista, ensayista e icono de la libertad de expresión sufriera en agosto pasado un ataque de odio fanático que estuvo a punto de costarle la vida y le dejó justamente sin visión en un ojo, es uno de los muchos pasajes en esta fábula exuberante donde realidad y ficción se funden en un abrazo cargado de sentido, uno que los hechos del año pasado han cargado de paralelismos que llaman a la reflexión y, también, al escalofrío.

La publicación del libro, que ha llegado a las librerías estadounidenses este martes, se ha recibido con expectación y alborozo. La crítica se ha rendido al retorno de Rushdie tras dos obras donde la sátira era la herramienta para abordar la cultura y la política de Estados Unidos a su India natal y al territorio de realismo mágico que ha marcado buena parte de su obra. Y se expone en toda su gloria que, como se lee en la novela, “lo milagroso y lo cotidiano son dos mitades de un mismo todo”.

Realidad y ficción

 ‘Ciudad Victoria’ es un libro de imaginación, prosa y simbolismo que se desbordan sobre capas de contexto histórico, político y cultural. Porque Vijayanagar, el reino de cuyo nacimiento y avatares da cuenta la novela bautizándolo como Bisnaga, existió en realidad entre los siglos XIV y XVI en el sur de India y sus ruinas, ahora conocidas como Hampi, forman parte del Patrimonio Mundial designado por la Unesco. También fueron reales Hukka y Bukka, los dos primeros regentes, y los poderosos ejércitos de elefantes, y las batallas con sultanatos del norte, y la llegada de extranjeros como los portugueses.

Sucedió también en realidad un sacrificio de autoinmolación de mujeres que marcaría para siempre la vida de Kampana, la protagonista y vehículo de la divinidad ideada por la mente de Rushdie, . Y ella le atribuye no solo la mágica creación del reino y de los recuerdos de sus habitantes, a los que a través de susurros da la memoria de una historia inexistente, “fantasías que crean la verdad”, sino la autoría del Jaraparajaya (Victoria y derrota), un manuscrito en sánscrito que dejó escrito antes de fallecer a los 247 años y que es relatado para el lector traducido a un “lenguaje más llano” por un narrador que, asegura, “no es ni un erudito ni un poeta sino un simple cuentacuentos”.

En la historia de ese reino según la construye Rushdie jugando con el lenguaje está un recordatorio fabulado de los conflictos entre lo multicultural, lo plural, lo igualitario, lo placentero y lo libre frente al fundamentalismo, la ortodoxia, la mojigatería, el extremismo, el fanatismo, los odios sectarios, la ignorancia y la intolerancia. El libro es, asimismo, el retrato de una utopía de un mundo de mujeres no sometidas al patriarcado, de paz e integración, de un estado con aspiraciones.

Es también un alegato contra la desmemoria histórica y el borrado del pasado, más necesario si cabe en un momento en que en la India de hoy, y bajo el mandato de Narendra Modi, el nacionalismo hinduista trata de borrar el legado islámico. Y es, quizá sobre todo, una celebración de la narración como una vocación sagrada. Kampana, “para curar a la multitud de su irrealidad... había recurrido a la ficción”. Rushdie también

‘Ciudad Victoria’ es, como ha escrito el ‘Financial Times’, una novela “profundamente entretenida” y “profundamente fascinante”. Es también el “cuento de hadas con sentido de la diversión contagioso” que describe ‘The Guardian’, y ese “triunfo” del que habla ‘The Atlantic”, que lee en sus páginas uno de los trabajos “más encantadores” de Rushdie.

El placer de construir un mundo

En la única entrevista que ha dado hasta la fecha tras el ataque, que se desarrolló en diciembre en las oficinas neoyorquinas de su agente, Andrew Wylie y fue publicada este lunes en ‘The New Yorker’, el autor accedió a hablar del ataque, pero realmente buscaba encontrarse otra vez entre libros y hablar de literatura y de su última creación. “Lo que más me importa”, dijo.

Rushdie explicó que le llevó 15 años encontrar la historia de ‘Ciudad Victoria’ y que “fue muy difícil encontrar la voz del libro”. Dijo también que no sabía de dónde había llegado Kampana (“Simplemente apareció en mi cabeza”). Pero cuando tuvo voz, protagonista, y un por qué pudo entregarse al placer de poder dedicarse a “construir un mundo, tener el placer de crear un gran lienzo”.

“Me interesa más y más el principio de placer”, decía Rushdie en esa entrevista, en la que dejaba también perlas como la idea de que “cuando eres joven tienes que fingir sabiduría, cuando eres mayor tienes que fingir energía”. Y Ahora está convencido de que “el propósito del arte es dar alegría. Antes pensaba que no era el corazón de la cuestión”.

Con la saga de Kampana y de Bisnaga lo consigue. Su amigo y también escritor Hari Kunzru le dijo recientemente a ‘The New York Times’ que se trata de “un libro extravagante” que muestra a Rushdie “expresando todas sus capacidades y usando todo su poder creativo. Y eso nos debería recordar –añadió Kunrzru- que es un novelista y contador de historias más que un símbolo político”. No le falta razón. Como dice la última frase del libro, de Pampa Kampana y de Rushdie: “Las palabras son los únicos vencedores”.

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